jueves, 31 de enero de 2013

Hace unos años






Hace unos años yo escribía todos los días,me fustigaba cada noche con un cilicio de poemas,dormía de espaldas a la luna,me pajeaba con novelas bien escritas.

Hace unos años hablaba educadamente,tenía miedo de los otros,me perfumaba la corteza del cerebro para caerme bien a mí misma,(para eso inventé este blog),me afectaba la indolencia de los funcionarios de la oficina del paro,criticaba más o menos todo lo que veía para defenderme de mi propia indefensión.

Hace unos años era la niña que sólo quería pasar desapercibida;en la selva primaria,hasta los siete años, sólo pude hacer uso de mi innata afabilidad para ganarme simpatías.

Luego aprendí a defenderme a base de palabras,y tenía siempre un enfoque más inteligente de las cosas.

Hace unos años ponía hojas de reclamaciones a menudo,porque la incompetencia no me parecía natural,y creía que la voz levantada por escrito siempre sirve para algo.

Hoy sé que la incompetencia es la forma normal de vivir para mucha gente;que empapelar mostradores con hojas de reclamación no sirve para nada;que la inteligencia tiene una cara friki frente al sentido común de la vida práctica que se nutre de otros espabilamientos más rudimentarios que funcionan mejor.

También sé que la gente en general no merece que nadie valeroso y noble pierda su energía en mejorarles el mundo,que ser pobre no es sinónimo de ser honrado y que los viejecitos no son adorables,en su mayoría.

Cada vez tengo más miedo de ser como esa vieja que endiña paraguazos a los coches que no la respetan en los pasos de peatones,o ese viejo que vocifera en el mostrador porque se niega a pagar la comisión de Correos en una multa.

Tiene razón el viejo,pienso;pero es una batalla perdida,una rebeldía patética frente a dos o tres euros;acaso no se da cuenta de que el mundo que hemos montado ya de por sí es un abuso,con todos sus impuestos, horarios y necesidades inventadas.

Y me cae gordo el viejo; y me caen gordos los que dicen que todas las ideologías son iguales y que no hay diferencias en pensar de una manera o de otra; como si no estuviéramos dando puñetazos al aire y palos de ciego desde el fondo del agujero, en la trampa mortal de un fraude legalizado;como si diera lo mismo morir de asco que por amor.


Hoy no doy un duro por cualquier tipo de evento social donde se reúnan más de diez humanos en la misma esquina pensando que ellos lo harían mejor.

Ni un pavo.

Sólo querría dormir en sábanas de algodón color malva ,coger por banda a mi amor todo el rato que me dejara,tumbarme con mi hija en una orilla azul y ver pasar las nubes y mis años como foquitas peludas y suaves hasta la zambullida final.

Que el mundo ruede.

Y sin embargo he oído una frase no sé dónde.

"Si no actúas,el peligro será mayor".

Mayor por qué.

Mayor porque en tu ausencia alguien levantará su voz y hablará por ti con un graznido impune.

¿Y?

Ya ves.

El mundo rueda.

(Foto,"Mujer gorda esperando el autobús en un sitio por el que no pasa ninguno",Artista desconocido).








sábado, 26 de enero de 2013

Una de buenas intenciones ,arfavó


Corría el mes de Octubre,se acercaba el otoño con su fresco aliento de setas y castañas,cuando la menda se compró la revista,una vieja conocida de otros tiempos,llamada Cuerpo y Mente.
En las páginas satinadas repletas de publi de cosas naturales y estrambóticas mi naricilla vieja gustaba de intuir las cosas nuevas,como hago siempre y me vendo baratos los cartuchos de la ilusión.
No digo que siempre me salga mal,que no sería cierto; nada nuevo ocurre si no crees antes que es posible,y puedo dar ejemplos de ello.
Pero también es verdad que mis cambios radicales se quedan en nada.
De la crema de calabaza nocturna,llena de vitaminas para aumentar las defensas, de mi querida olla al vapor pillada en el Lidl por encargo a mi mamá y que habrá cocido calabacines y zanahorias al menos 4 veces desde que llegó,no queda demasiada huella entre tanto estrés y excesos navideños que luego se han convertido en diarios.
Desde que llegó el invierno no es nada raro que me despierte de una pequeña siesta con un hambre de loba y me lance,aún en plena digestión de la comida,sobre las indefensas galletas del café de media tarde;y otras cosas que no voy a contar aquí pero que cualquier gordo compulsivo puede intuir en relación con los bucles dulce-salado.
En fin.
Por ahí escondida anda mi voz de la conciencia clamando por un poco de atención.
Algo de mimo y cuidado,lo justo para sentirse mejor,tan bien como aquellas tres semanas de otoño en las que creí que nada era imposible y perdí tres kilos sin esfuerzo,subida a las alas de un sencillo bienestar.
Hoy puedo estar a la una del mediodía tomando vasitos de chocolate de la máquina para horror de las niñas de la Mutua que vienen a entregar sus cartas a esa hora,entre las 13 y las 13;40 y se asustan de nuestro desorden alimenticio.
(mi compañera se pasa el día chascando,también ,aunque no engorda).
Mi estómago es una balsa en el océano,un pirata experimentado que sólo a veces se permite quejarse;mi cerebro es un duende que pilla al vuelo los titulares que le interesan.
(Cualquier cosa que lleve la palabra "antiestrés" me atrae cual caña fría un día de Junio).
Como este libro que me he puesto a pedir igual que una niña chica cuando ve un juguete en la tienda ("cómpramelo,andaaa")y que me hace creer sinceramente que en cuanto tenga tiempo (por ejemplo deje de trabajar y ya no sea necesario que cocine mi madre),cocinaré cada día de forma sana,variada,económica y equilibrada.
Vamos,que seré la mar de apañá ,con mi cabecita tranquilita y mi delantalito blanco.

martes, 22 de enero de 2013

Hay gente








Hay mucha gente

que no tiene nada de especial

y que lo sabe.

Gente que se duerme en los vagones

con la costra del sueño en las pestañas

los codos abrazados a sí mismos

viajando sin mirar por las ventanas.

Esa gente que llegó tarde a sí misma

o que no sabe quién es

o lo sabe como el censo

nombre,edad,lugar de nacimiento

ocupación del padre o de la madre

sin sospechar siquiera

que bajo la piel haya algo más que un mecanismo

forrado en documentos.

Hay gente empantanada en el pasado

almas de papel que el viento lleva

durmientes de vagón

de madrugada

a quienes quisiera despertar de un solo grito

hacerles correr por una playa

como la que sin duda me verá morir a mí

pequeña hormiga

que morirá luchando contra el sueño

el amor o la estadística.

Entonces yo también me desespero;

próxima parada prado de san Sebastián

escaleras arriba me está esperando mi destino

mi verdadero nombre

mi corazón mis manos como espigas

lo que llegué a pensar

lo que llegué a temer

lo que escribía

en aviones de papel que acabaron en charcos

deshechos en húmedas miguitas.

Me abrazo los codos y pienso;

Hay gente que en nada es especial

y que lo sabe.

Menudo rollo

que debe ser la vida

en ese caso.





(Felicidades,mi niña).


sábado, 19 de enero de 2013

Consecuencias de la navidad

Lo bueno de la navidad es que pasa,dicen algunos.

Lo malo de la navidad es que se acaba,dicen otros.

Yo,como de costumbre dando patadas a una lata hasta descubrir varios tonos diferentes del ruido "date por culo a ti mismo " hasta que ya no puedas pensar más,no puedo definirme con respecto a nuestras pasadas fiestas de invierno y no lo voy a hacer.
Estoy más que harta de que mis sensacionales análisis y mi sensible punto de vista de las cosas caiga de bruces ante la obligatoriedad de hacerle una felación a la corrupta,pétrea decepción de la realidad.

O la que se supone que es la realidad,aquélla que más o menos todo el mundo puede entender,desde el decano del palacio de justicia que manosea hastiado la tapa de su agenda nueva hasta el sencillo quiosquero que observa aburrido la evolución de las palomas en la plazuela.
Nada que analizar,pues.


Hace ya un tiempo que sólo quiero disfrutar de cada rayo de sol que viene a descubrir mi piel,de cada café humeante que pueda tomar en mañanas de lluvia ,y eso afecta a los días grises y blancos que desfilan como soldados de espuma en el mes de Diciembre durante la Navidad.

Este año,además,como ya dije,estuve de vacaciones y fue mejor aún.

Me dolió que acabaran y me arrojaran pérfidamente a los madrugones de Enero sin anestesia,mi naturaleza moliciosa (se dice así??)sufre mucho con las embestidas del reloj,y no hago más que soñar con vivir sin tiempo.

Ansío ese tiempo en el que ya pueda hacer lo que me salga del santo coño desde el amanecer hasta la noche,y no dudo de que llegará,aunque me temo que gran parte de la actividad en la jubilación se me irá en rebuscar en los contenedores,puesto que ya no pienso emigrar.

Creo,tampoco afirmo nada,a estas bajuras,nunca se sabe.

El caso es que yo quería hacer un post divertido con las consecuencias de la navidad,montada en el plan consumista que todos nos llevamos al coleto,cada uno en la medida que le resulta posible.

En mi caso puedo decir que mi hija ha aprendido de una forma definitiva que las cosas nunca son lo que te venden ,porque te emocionas con spots como éste;



(confieso que yo también esperaba apuntarme al carro de tener surtida la nevera de bombones caseros y además encontrar una ocupación repostera para esta niña aburrida).


Y va Baltasar que se lo cree todo y lo trae.




Pero después de fundir en el micro una tableta entera de chocolate con leche,y darle vueltas al bombo como bobas durante un rato,lo que conseguimos es esto:



....

Menos mal que siempre nos quedará el restaurante Nenuco,y las Monster High,que no decepcionan nunca.
Aunque pocos días después duerman ya arrumbados en un rincón,uno en la esquina y la muchacha gótica en el trineo de la nancy del año pasado,ahí okupando,tan ricamente.



En fin.

La navidad también sirve para oler bien el resto del año y para confirmar una vez más lo poco que la familia conoce tus gustos,(sólo a mi padre se le ocurre regalarme una colonia con la jeta de Ana Rosa ...aunque en su descargo diré que yo le llevé Antonio Banderas...y ya no volvemos a hablar de regalos hasta el año que viene).






Aunque mi hermano Paco sí me conoce bien...




Hoy,19 de Enero,hace trece años que mi abuela se fue,después de vivir una vida llena de obligaciones,alegrías y pesares como es natural en toda vida humana; hoy decido entretenerme haciendo este post con fotos que tardan un huevo en subir para no cabrearme viendo el especial "Al rojo vivo " que emite la Sexta; porque nada me importa más que mi vida,incluso cuando la pongo en manos de los otros,cuya corrupción me afecta y me convierte en analista política exaltada.

Qué va.

Paso.

Hoy he dormido una siesta con lentillas y he pensado en cómo abandonamos el cuerpo al cabo de los años,como mi abuela aquel 19 de Enero; la manta que nos cubre con el spot falso de la permanencia cotidiana nos hace creer que todo tiene más importancia de la que tiene en realidad.
Lo que nos importa de verdad,en cambio,si nos tomamos la molestia de apuntarlo en una hoja de papel,no llega a media cuartilla.

Haced la prueba.

Consideraré esta conciencia como otra consecuencia de la navidad que se aleja agitando su pañuelo blanco.

Que ya casi no se ve,que ya parece que nunca estuvo.



domingo, 13 de enero de 2013

Puntualmente,la vida





Supongo que no aprenderé nunca,o que lo hago a la velocidad de los caracoles sordos,pero sigo manteniendo mi histeria interior que me hace la vida muy difícil.
La superstición de mis angustias me tira de los pelos cada día que pasa según lo que pase,y algo tan fácil como la alteración de los horarios de una niña que ha estado de vacaciones,la vuelta a las viejas manías así de repente,el hecho de que no haya nada que yo pueda controlar,la falta de concordancia entre lo que ocurre y lo que deseo (y todo lo que yo deseo a veces es tumbarme como la perra en un cojín,sobre un costao,a ser posible),me hacen ver todo de un color caca tirando a negro que no me gusta nada.
Supongo que será la falta de sueño ,la vieja infancia secada al sol,las tardes de domingo como agujas que nunca acaban de salir del todo,el hastío de saber que no doy la talla.
La reiterada conversión de la mujer del espejo (encantadora pero en realidad una inútil egoísta),todas esas ideas que no renuncian a la infelicidad.
"Ya me parecía, a mí nada me ha salido nunca bien",por ejemplo.
Esto se va al carajo,se va, aunque nadie te haya dicho una palabra sobre ello.
Ahogarse en un vaso de agua se me da bien ,aunque nunca lo he querido volcar,que es lo que hacen los suicidas cuando le echan cojones.
Conclusión;no tengo cojones.
Es increíble cómo la angustia y el desánimo sientan cátedra en dos minutos de pánico mental,ya quisiera yo la misma capacidad para la alegría.
Y sin embargo,puntualmente,aparece el sentido.
Acude a la cita engalanado para decir que nada es tan grave,que se trata de una nube como ya hubo antes y pasaron.
Puntualmente la vida sigue y una persona como María Jesús de Paradela escribe en su blog una reseña acerca de mi libro,del que he venido a hablar como una Umbral de barrio sin esquinas.
Un libro que escribí en un verano desmadejado,en menos de un mes porque tenía prisa en enviarlo a un concurso,un libro que viajó a Madrid manuscrito para una editorial en papel de la que nunca más se supo,un libro que Fran fue el primero en leer,luego Virgi,Sue,Larisa,Montserrat... y por supuesto Miguel,quien me escribió un correo diciéndome que ese día no fue a comer para poder terminarlo.
Fue él el que lo convirtió en ebook.
Un libro que no es un libro,sino un ejercicio de cien páginas con las que quise redimir mis sufrimientos para que una mujer del futuro sepa que tuvo una madre feliz,aunque mientras vivía nunca lo supiera.
Aquello tan viejo del viaje y no la meta,experimentado en carne propia.
Maria Jesús escribe lo que dijo su hermana ( unas palabras bellísimas que hablan de mí,de lo que escribo) y de repente siento que me doy a conocer sin que me conozcan y que vivo para algo.
Se me caen las bragas leyendo que me comparan con un libro que me robó el corazón (el de Susana Tamaro,qué más quisiera yo,me lo leí de un tirón y cuando lo acabé,ensequida quise robarlo)y me quedo un rato dándole palique al ego,que aquí ya no tiene nada que hacer.
Para quién canta el pájaro,preguntaba mi abuelo,si no tiene público;canta para sí mismo,se contestaba.
Para qué vivo yo,si no sé hacer casi nada.
Vivo para renacer,una vez y otra,hasta la definitiva.
Vivo para compartirlo,que me perdone el Gabo porque lo dijo antes,vivo para contarla,sí.
No es gran cosa,pero es algo.
Por eso este domingo me arrebato,salgo al tablao despeinada y absurda,me pego unos taconeos y me pongo las nubes por montera.
Estos delfines saltan entre olas de espuma virtual y brinca mi corazón con ellos.
Gracias a Paradela,una vez más.
Esta vez os miro desde el puente de Triana,por si queréis venir a tomar unas cervezas,y combatir todas las derrotas.

viernes, 4 de enero de 2013

En el camino


En el camino estoy,irresistible a pesar de mis carnes no precisamente morenas y mi
tendencia al desastre y las mudanzas.
En el camino cuando bebo una cerveza tras otra (hasta un máximo de tres)en uno de esos bares de esquina donde sólo puedes comer gamba blanca y adobos varios,en uno de esos sitios que regenta un carpintero al que conocí en otra vida y que quizá me recuerda vagamente como yo a él;en el camino cuando me siento feliz por disfrutar de lo más sencillo sin echar de menos avenidas ni escaparates y mucho menos apartamentos con cojines donde la vida de puro aséptica huele a muerte y a plan cumplido.
En el camino cuando miro mis dedos canijos manchados con la tinta de muchas cartas franqueadas por mí en una jornada interminable,cuando todavía herida de puro morbo me imagino que soy otra,que debí serlo cuando me doy cuenta de que tengo más tirón que la mayoría de la gente,en el sentido de la voz y la manía de ser educada y sevillana a partes iguales.
Cruzo cada mañana el puesto de seguridad a lomos de unas caderas fuertes y unas rodillas crujientes y me pregunto qué piensan esos guardias civiles que me ven pasar,saturados de abogados,procuradores y secretarios judiciales.
(Todo ellos acabado en "a",también;hay procuradoras,secretarias y abogadas,miles;algunas tela de friquies).
Mucho más que yo,que soy una persona tan centrada y que he leído tantos libros aunque no haya sacado oposición alguna,aparte del rozamiento que producen los cuerpos en su fricción contra la existencia.
Hay algo en mí que desconcierta ,ya sea a los jóvenes a quienes saco décadas de diferencia ya sea a los viejos estirados que sólo miran a las mujeres azules a través de las gafas de miope,puede ser esa ola salvaje que me late dentro y a la que quise entregar toda mi vida para que me arrastrara hasta la orilla para no tener que pensar en cómo ganármela.
Será esa tendencia a la inocencia o al idealismo,yo que me empeño en ver a las gitanas (emparentadas con yonquis) como sultanas, dignas herederas de la belleza calé ,y todo porque me huelen a libertad;no me paro a pensar que me horroriza la brutalidad y el pragmatismo y la falta de higiene,todo es bueno cuando de ideales se trata,y los míos pasan por la ingenuidad de creer que en todas las personas hay algo bueno sólo porque pasan por un mostrador y se quedan a vivir allí cinco minutos de sus complicadas vidas.
Como dijo el ratón-Padre en el cómic de Maus,"una semana en una habitación encerrados y sin comida y verás quiénes son los amigos";eso porque el hijo se lamentaba de que sus amigos se burlaban de él.
Todo el mundo se burla de todo el mundo,pienso yo.
Yo me burlo de los de Intereconomía porque no son inteligentes ni cuando quieren serlo, es penoso ver cómo usan la intolerancia como única arma para violentar las almas viejas de viejos retrógrados,gentes de pocas luces y estrecha moral;ellos se burlan de los homosexuales con adjetivos del imaginario común que no se actualiza desde los tiempos del Pelargón y en mi trabajo ,por encima de la capa de falso respeto,todos nos burlamos de todos.
Y sin embargo,el amor late en mí;tan alto y tan fuerte y tan digno que jamás pensé que podría merecer tal regalo.
El regalo de sentir tanto amor.
Me pregunto cómo podría hacer para transmitirlo, en esta época de cadáveres calcinados y promesas rotas.

Despedida

Creo que abrí este blog en el año 2009, y hoy decido que lo cierro,once años después;no deja de ser una friolera, teniendo en cuenta la gent...