domingo, 24 de mayo de 2020

La abuela

La abuela ha salido a comprar mientras pensaba en sus cosas . Ha comprado la comida de la semana y ha vuelto a renunciar a poder comprar un saco de mantillo para las macetas. El chino que está al lado del Dia sigue cerrado. Bueno. La semana que viene será. La abuela ha parado antes en la droguería donde tampoco ha encontrado guantes así que se ha conformado con comprar polvo insecticida contra hormigas, limpiador de suelo, bolsas perfumadas para las perchas de la ropa y un bote de gel del Instituto español que huele a gloria. Y según le ha contado la adolescente informada que vive en su casa y que de vez en cuando sale de su cuarto,no testa en animales, razón de más para apoyar a esta empresa andaluza. Esto le ha creado un poco de confusión moral porque no sabe si es justo comprar productos que no maltratan animales y al mismo tiempo mata hormigas . Ambas cosas pertenecen al mismo tiket. Pero es que está muy harta de picotazos en la puerta de casa , mientras abre el buzón o mete la llave. Son duras y agresivas, están como locas, se lo comen todo incluyendo el propio buzón y el timbre que lleva años estropeado. Se mueven rabiosas como fachas en pandemia. Luego en el parking, se ha encontrado al abuelo que ya salía con su propia compra (una lista de cosas más caras y más simples) y que la ha esperado para ayudarla con la carga y descarga en casa. Cuando volvía en el coche, ya sola otra vez, ha visto que en el reloj de la farmacia brillaba un número redondo. 40 grados como 40 soles. Yo también, ha pensado de repente, soy una hormiga acalorada. Pero no hace falta que nadie me extermine por agresiva. Que tengo la tensión muy baja.

domingo, 10 de mayo de 2020

Días nublados

Qué suerte tener un pensamiento estructurado, qué suerte vivir como quien diseña una presa o un polideportivo, que hay gente así que planea, estudia y mide y más o menos ése es el rumbo de sus días; sólo cuando todo salta por los aires, (tema recurrente en las películas y también en libros) es cuando toman conciencia de que la vida no es así, es plena, intensa incertidumbre, pero eso a los que son como yo no les llama la atención. Porque el miedo , la cuerda floja, estuvo siempre. Si algo nos está enseñando esto es que hay que reeducarse para vivir el momento presente como el único posible, y sin embargo, qué mal lo llevo. Diríase que siempre tuve mis calendarios infalibles cuando no es verdad, pero mi mente lo intenta, o al menos lo pretende cada vez, mientras al mismo tiempo se pudre por la falta de sorpresas. Quién lo entiende, yo desde luego no. Pero bueno, ahora que no tenemos planes para el verano, es buen momento para tomar conciencia, aunque yo estoy abandonando mucho las pretensiones, no sé si es bueno o malo. Me he suscrito a Netflix y a día de hoy me conformo con llevar imaginariamente la capa de pelos de Utrehb Ragnarsson y abrirme camino entre el miedo y la nostalgia como si llegara a un campamento nuevo cada vez. Me conformo con ser amable con la vieja que empiezo a ser, una dama que provoca las risas de una adolescente porque si le aprietas mucho los brazos, se vuelve blanda y le quedan marcas, me vuelvo más vulnerable, más esponjosa, y hay morbilidad en ello, una especie de dulce borrachera, porque no hay nada malo en ello, es como sentir que estás llegando a un sitio donde la gilipollez y la tensión irán terminando solas; mi cuerpo sigue pareciendo una estampa clásica y casi en su caducidad aprendo a amarlo, con sus ríos azules, bosques y restos de armaduras;en el vientre  llevo una bolsa de agua y estrellas que me duele si camino  más de un kilómetro ,sigo detestando que el trabajo me robe tiempo para mi vida, que se compone básicamente de ensoñaciones, pero que son las mías y de nadie más, y con mucho cuidado y esfuerzos intento que no se me apague la luz. Algunos días, como ayer, los objetos se vuelven insolidarios, como dijo un poeta, y me molesta cada tarea como si fuera una losa, y me arrastro como una toalla por el suelo de mi cabeza, son días nublados en los que el asistente de mi teléfono me pregunta si necesito que me cuente un chiste, así tendré la carita, pero sólo hay que abandonarse, dejarlos pasar, y luego llegará la luz para que cada objeto o emoción o pensamiento asuma su verdadera estatura, y no hay más.
Las nubes son mi territorio, y cuando lo cubren todo, sé que están exagerando.

Despedida

Creo que abrí este blog en el año 2009, y hoy decido que lo cierro,once años después;no deja de ser una friolera, teniendo en cuenta la gent...