domingo, 8 de diciembre de 2019

Cúbreme

En la ducha dejo que salga el pis libremente y trato de pensar en el momento en que sea inevitable y se me salga solo. No es un juego macabro, es sólo la necesidad de fantasear con el momento en que perdemos toda fuerza individual para pasar a ser trapitos de fibras en manos de la bendita sociedad, este grupo de enfermos mentales que juegan a acatar normas como si no pasara nada y con eso se aseguran que está todo bien, que mañana no pasaría nada si se abriera otra guerra, que los vecinos y la familia nos quieren de verdad y que  no serían capaces de lo peor si volvieran a tener libertad para hacerlo, y así somos capaces de llegar a viejos para creernos nuestras propias patrañas que son tan tranquilizadoras y nos dan tanta calma como para que podamos seguir vivos.
Supongo que todo el mundo ha visto cómo se trata a los viejos en la intimidad cuando los cuidadores se creen a salvo de miradas, y supongo que todos habéis visto cómo un cazador dispara y arrastra a una perra recién parida y también habéis visto este país curtido en hipocresías y odios cómo rebaja hasta poner a precio de saldo  las caretas  de sonrisas y de discursos normalizadores para quitar hierro a lo importante, una vez más, para que podamos seguir con lo nuestro, para que podamos  seguir vivos tachando de dramáticos a los que sólo dicen la verdad.
Supongo que siempre ha sido así, que el ser humano ha tenido que callar la voz del alma para darle paso a la cañada real, el cuerpo físico con todas  sus putas necesidades, darle curso a todos los miedos para tratarlos como se tratan las décimas de fiebre , con pastillas y olvido, para que sigan ocurriendo las mañanas de rutina y para que la ley pueda seguir siendo cumplida del lado de la mayoría  y todos tan felices.
Lo he dicho alguna que otra vez, que cuando uno está cómodo tiende a perder neuronas, y me sigue costando mucho encontrar el equilibrio entre el deseo de felicidad y la rebeldía que me fue inoculada sólo en esos aspectos de mi ser que no se ven, quizá sólo se despierta cuando bebo, quizá tenga que empezar a ponerle velas a san Bukowski o algún otro borracho ilustre que me inspire cómo se vive tocando siempre el filo del abismo que no queremos mirar.
Mientras tanto, leo y releo estas palabras que me encontré en el revés de una puerta de baño en Sevilla, como si de una nueva biblia se tratara, por probar a ver si os gusta a las almas despistadas que por aquí podáis todavía pasar/( sigo echando de menos a Trini, que partió hacia las nubes y cuya elegía compondré otro día, si encuentro las palabras que habrán de ser como mínimo tan claras como lo eran sus ojos, quizá no pueda conseguirlo), y dice así;

"Cúbreme con tus besos como si te importara
lléname del color de los rosales
hazme creer que somos para siempre
arráncame los guantes de fregar
y cúbreme las yemas de los dedos con tus labios
como si fuera un salmo muy antiguo
como si yo fuera la letra de todas tus canciones.
Cúbreme como si no hubiera más mujeres
ni antes ni ahora ni después de nuestro nacimiento
hazme creer en los milagros ya que existen catedrales
y jardines y acuíferos milenarios y koalas
y la luz del sol tiene esa forma de acariciar la tierra
cada vez que muere una jornada.

Cúbreme como si tu padre hubiera estado enamorado de tu madre
como si mis padres hubieran sido dioses de oro puro
y no anómalos despistes en un baile de pueblo
cuando compraron  libertad con un salvoconducto
ámame como si mi cuerpo te hubiera salvado la vida
redimido de todos los domingos
o de todas las veces que tuviste que callar
para  hacer lo correcto.

Bésame aunque esté vieja y fea
porque será cuando más lo necesite
para que mi alma no se olvide de mi carne
y mi sombra siga creyendo en la belleza.

Seamos así libres como los pájaros
y como ellos frágiles y eternos
una noche cualquiera
debajo de ti como un animal suave y conforme
con el raro suceso de la vida".



3 comentarios:

Erik dijo...

Lo cómodo es mirar para otro lado y seguir respirando como si nada pasara.

Hasta que pase.

Al final
Sin palabras

Sara O. Durán dijo...

La vida es muy breve. La juventud es como un abrir y cerrar de ojos.
Un abrazo.



Genín dijo...

Es mi máxima preocupación, si llegaré a perder el control de esfínteres, pero bueno, menos mal que vamos a tener Eutanasia...
El poema es como para que se caigan en serie todas las bragas del mundo travesti, por las patas abajo, una maravilla!!!

Besos y salud

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