domingo, 21 de septiembre de 2014

Blominguera


Escojo un sitio despejado,extiendo el tapete de palabras,decido ser coherente,sacar las manzanas que traje y descubrir lo mejor en los demás así como en mí.

Sopla una brisa que no sé de dónde es,ya sabéis que me gusta el viento al igual que los árboles,aunque no sepa nada de ellos,poniente,levantes,jacarandas o cerezos o castaños de Indias como los que han talado en Sevilla,(ciudad cada vez con menos árboles,con menos esencia,más pintada de postal y más saturada de tópicos para las guías viajeras ,ahíta de sí misma,aburrida de su propia belleza como una mujer objeto).

No lo digo con acritud,puesto que ya no me resisto;
pero es lo que hay,aunque siga haciendo fotos al río de puro vicio por mi enganche a la belleza.

Vivo lejos de su corazón pero me gusta observarla en la distancia como un tonto enamorao,me gusta ver sus torres desde aquí,sus pasos de nubes,sus fronteras con el cielo y los recortes de la sierra en los días claros.

Ahora vienen unos días muy bonitos,tardes de escaparates, dulces y piedras mojadas en los que uno no piensa ni en la edad que tiene,sólo vive y disfruta.

Hoy haré un picnic bloguero,me quedaré un rato a conversar,desharé la madeja de mis tontunadas nostálgicas,hablaré de los miles de domingos que puede vivir una persona sana sin morirse de tristeza,os contaré cómo,cuando cierro los ojos al final del día,rememoro todo lo que ha pasado,las palabras que he dicho y las cosas que he hecho;
lo que mi abuelo llamaba "la nostalgia" de cuando pasan las celebraciones,o cuando ya ha ocurrido lo que esperabas, y te dejan solo a merced de tus emociones en la huerta que cuando florece en alegrías fructifica en añoranzas.

Cuando me dispongo a poner la caña de lomo y los botellines fríos,desciende un manto de agua repentino y tengo que tumbarme otra vez en el rincón de casa,de donde nunca quiero salir,a no hacer nada,salvo tener dolor de espalda.

Hoy la lluvia llueve y duele el dolor,cada uno hace lo que debe bajo un cielo nublado con el que me he cansado de jugar al gato y al ratón.

(Tres veces he sacado la ropa puesta a secar para quitarla,ya se queda dentro,parece una fiesta de disfraces para sillas).

Otro domingo será,blominguera;

otro domingo.

Recoge tus cosas y resguárdate que aprieta de nuevo.

También la nostalgia puede esperar,o mejor aún,déjala morir bajo la lluvia.




5 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Los días de lluvia tienen siempre un halo de nostalgia.
Pero a mi me gusta mucho la lluvia (también me gustan el sol y las naranjas).
Y esta semana, con la lluvia que hemos tenido, que no me dejó trabajar fuera, me ha dado ocasión de limpiar todos los cristales de la casa (y tengo doce metros de galerías y cuatro o cinco ventanas más). Ya que no hay sol, que brillen los cristales.

Genín dijo...

Aquí las previsiones también nos han traicionado, y yo encantado, decían que hoy estaría algo nublado y que no llovería, pero esta tarde empezó a jarrear, y yo estaba en el porche del vecino, con el sopor de la barriga llena, como hipnotizado por la lluvia, esa maravillosa luz y arrullado por el sonido de la lluvia caer sobre el techo, hojas y hierba, y ese indescriptible olor a campo verde recién llovido, no se puede pedir mas para estar lleno de paz y razonablemente feliz :)
Besos y salud

José Núñez de Cela dijo...

Me ha encantado el texto.
Llegan tardes cortas y grises en la que también disfrutar con nostalgia o sin ella.

Saludos!

Maripaz dijo...

Un texto precioso,Reyes, lleno de poesía.
Besos.

Dol dijo...

Gracias por vuestros comentarios.
Un abrazo a los 4.

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