domingo, 18 de noviembre de 2018

Ya no me gusta pintarme los labios

Me pongo a escribir y no hay manera.
En la tele están poniendo un documental interesantísimo sobre halcones en la ciudad,
En Bombay viven más de 20 millones de personas,
Rumio sobre esa extraña capacidad del ser humano de sentirse parte de un todo, y empiezo a entender hasta la crueldad que nos define como especie.
Creo que como dice Tolle,es posible tener momentos de conciencia en los que uno sabe que siempre ha estado ahí y que siempre estará, por encima del número de carnet de identidad, estado civil o historias personales.
A mí me gusta mucho el café, y me cuesta pensar en que un día ya no será parte de mi  experiencia.
Eso sí.
También tengo ganas de escribir como cuando te pica un mosquito, has dormido lo suficiente y sientes que tienes ganas de contar cosas, cosas como vidas de gente que no quiere molestar, que desea pasar desapercibida, mientras que otros carecen por completo de empatía o dignidad.
En la tele ahora un enorme siluro nos recuerda la evidencia de que las formas de vida escapan a cualquier limitación.
Me hace pensar en los sapos odiosos de los cuentos de Andersen que se casaban con hermosas golondrinas, o no era así, en cualquier caso en este mundo también odiosos adultos manosean la carne inocente con sus sucias zarpas, y si arderán en algún infierno, para la víctima no cambia nada.
Me pongo a escribir, porque estoy soñando con una mujer privada de vista y sobrante de apetencias, y quisiera dejarla escrita como si fuera un beso sobre la sábana santa.
Hay ganas de subir alguna montaña, de paladear algún plato nuevo, de implantarme pestañas, de combatir el efecto de cruzar umbrales para los que nos dieron instrucciones erróneas, de felicitar amigos de Facebook, de escuchar flamenco volviendo a los orígenes, hay ganas de vivir, después de todo.
Llueve y enciendo el pc nuevo,(en mi cabeza resuena el pedante lap top,) y me doy permiso para dar rienda suelta a la imaginación, para cometer errores, para hacer algo que me guste a mi.
Me levanté con ganas, pero con este panorama de domingo de noviembre, con monos de la India en la tele, la lluvia cayendo incesante y un resfriado que avanza lentamente, no sé yo, así no hay manera.
Ah, lo que no he dicho es que ya no me gusta pintarme los labios.


4 comentarios:

Genín dijo...

Si que lo digiste, además, fue lo primero que yo leí antes de venir a tu blog sorprendido por esa rareza de que al menos decidas quitarle el polvo (Mira quien fue a hablar...jajaja)
Que asco de tiempo, a esta hora, 17:20, ya es casi de noche, veremos a ver de donde voy a sacar yo la luz... :(
Siempre encantado de leerte, cualquier dia nos tomamos la cerveza, pero ahora, con este tiempo, no apetece nada, habrá que esperar tiempos mejores...jajaja :)
Besos y salud

Tracy dijo...

Siempre que tengas ganas de escribir, no importa que no tengas ganas de pintarte los labios.

NáN dijo...

Un post espléndido, escrito como eres. Sin pintalabios ni maquillaje.

Isabel dijo...

¡Qué bueno, Reyes!
Me encanta. No dejes de escribir esa mujer que llevas en la cabeza, con tu arte saldrá algo magnífico. Ay, el café, esta misma mañana al olerlo mientras cargaba la cafetera pensaba que es uno de los placeres de levantarte temprano y ponerte al escribir mientras los demás duermen.
Yo lo único que me pinto son los labios y no se me olvida nunca.
Gran abrazo.

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