domingo, 29 de abril de 2018

Recordadme que os escriba

Esta semana empiezo rutinas nuevas, un  cambio muy deseado , madrugones de color de alquitrán como ya tuve otros, pero a cambio oh moneda maravillosa de Vida, tendré fines de semana más normales, quizá más playa, más sol y menos lavadoras, quizá escoger el sentimiento cada mañana en lugar de que el sentimiento me escoja a mí, como decía André Agassi, escoger lo cambia todo, no importa cómo sea tu vida.
Creeré en la llusión de que todo lo que nos pasa es cosa nuestra aunque no decidas realmente ni uno solo de los movimientos que realizas, creeré que los pasos por el jardín no importan , lo que importa es el jardín mismo, y aunque tengamos flores feas hay que mimarlas igual.
Esta tarde una compañera de mindflulness ha encontrado un texto que le regalé y ha dicho palabras reconfortantes para mi corazón, que ayer volvió a agotarse en un rincón depravado de emociones negativas y cansancio, y he pensado qué grande es mi deseo de escribir, qué buenas señales trae la golondrina con sus ojitos negros, qué complicado es el mundo con todos sus males y qué bello también tener que trabajar para vivir, porque de lo contrario sería un mueble humano de los muchos que trato cada día. (trabajar no en el sentido laboral sino espiritual, de tal manera que la depresión de faenar no acabe con la vida forrada de ansiolíticos).
Ahora una página nueva se abre como un abanico, si puedo sujetarme al palo mayor para que el viento no se me lleve como siempre todo irá bien, si puedo no quejarme, si puedo controlar el miedo, si puedo soportar bien el dolor de huesos, todo irá bien, y de mis manos de maga vieja saldrán las guirnaldas de palabras como de momento salen de los libros que leo.(ya sabemos que leer es otra forma de escribir, lo sé yo desde hace muchos años).
El de esta semana es de Salman Rushdie y se llama tal como lo véis aquí, y de momento me gusta porque habla de los yinns que están por todas partes, voladores o reptiles, de las pugnas de la filosofía,de las tribus que van por el mundo olvidadas de sí mismas  y de muchas cosas más, en una secuencia larga que es como a mí me gusta escribir, a espasmos y mezclando muchas cosas, exactamente igual que los recuerdos se nos agolpan en la mente y se ponen a dormir sin permiso sobre el corazón, y a veces hay tantos que empiezan a rebosar.
Seguimos.

2 comentarios:

Genín dijo...

Me alegro que tengas ganas de escribir, ahora ya solo te queda demostrar el movimiento andando...jajaja :)
Besos y salud

Isabel dijo...

No he leído a Salman, pero si coincido que leer es otra forma de escribir. A mí es lo que más me inspira.
Me encantan esas chispas de humor que pones en tus textos.
No dejes de escribir que lo haces de p madre.
Abrazos.

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