domingo, 21 de julio de 2013

Tenerife,mon coeur,29F




No sé por qué será pero mi corazón se precipita en las esquinas de un país emocional que se llama Tenerife;esa isla cuyo volcán se yergue majestuoso en medio de un mar de nubes y a la que estoy unida por el fenómeno más raro y hermoso de mi existencia.

Incluso ahora que tengo un hogar a este lado del mapa ,cuando subo a un avión para dejarla atrás,tengo la sensación de que en realidad no quiero irme.

Esto debe ser la herencia de cuando un lugar forma parte de tu biografía aunque no hayas nacido en él.

Ayer,en la pista del aeropuerto de los Rodeos,con una fina lluvia cayéndonos sobre la piel y un frío vientecillo desordenándome el pelo, en el embarque que hacíamos a pie con una hora de retraso,mi mirada se perdía continuamente hacia la línea del horizonte brumoso sobre el que se abría un rayo de sol,bajo él una hilera de casitas y más allá ese mar azul cuyas crestas blancas me curan los recuerdos,como si los peinara.

Qué raro,en la tarde que no era de invierno ni verano,azul y verde nada más,empecé a prepararme para otro de mis odiados trayectos en avión en el que además tendría que afrontar la ausencia,como parte del trato de tragar quina san clemente ,trato por el bien de una persona nueva que no me pertenece aunque yo sea en realidad una gitana recién parida con la cría en brazos,a la que empieza a amoratar a base de cariño y sobreprotección.

No sé qué fue ,aparte de mi moño enredao de ideas y sentimientos y deberías y podrías o quizá debieras haber hecho,pero salí de allí fascinada y medio herida,como de costumbre.

Quizá serían todas las palabras dichas en apenas veinticuatro horas, un trámite,un viaje de trabajo,una cosa que hay que hacer,un mini viaje en el que sin embargo te encuentras con gente de tu pasado,eso siempre añade intensidad,o la imagen de Manolo trayéndome unas hierbas de su huerto para curar la dolencia que él mismo padeció hace años,su sencilla entrega,las instrucciones que me daba,él no sabía cuánto me conmovía escucharlo;

quizá el curry con el que otro hombre bueno contribuyó a calentar mi ánimo después de la ascensión desde el sur y gracias al cual seguramente no moqueé en toda la tarde,eso y la animosa charla con Virgi,que es un bálsamo de persona por cariñosa e inteligente,porque en determinadas circunstancias estar con personas "de contenido" es lo mejor que te puede pasar.

Cuando decides no pensar es cuando más piensas,el cerebro es un fumador empedernido que va a su bola si lo dejas,por eso preferí mirar al horizonte y sentir la lluvia,aunque fue inevitable notar también el desmorone cuando nos elevamos por encima de una impresionante masa de nubes,a través de cuyos agujeros podían verse los últimos territorios,las últimas casas,curvas de carretera,invernaderos.

Los mapitas desde arriba emocionan porque el que vuela sabe que abajo hay hormiguitas queridas que en ese momento estarán preparando la cena ,ajenas a la distancia umbilical que sólo siente el que se pira.

Entonces pensé,cuántas cosas invisibles existen a pesar de todo: no fue como la revelación que sintió Vicente Ferrer cuando vio una lucecita en la noche (ojalá...porque entonces todo me sería más sencillo).

No,no,nada de eso.

Pero hay que ser muy palurda para no sobrecogerse atravesando un soberbio territorio blanco con sus cordilleras rugosas, sus castillos de nata ,sus rayos de sol atravesando caprichosas esculturas,mientras el ancho mar allá abajo ya no es más que una pátina de plata vieja, sin brillo; si el mar puede parecer tan insignificante,qué otras maravillas serán posibles.

Cae la noche y sale la luna por la ventanilla del avión y me saca la lengua,como si fuera un científico de la nasa.

Nos giramos y la oscuridad lo va cubriendo todo; el encajone de mis piernas y un recurrente olor a chorizo de polizón me devuelven a la realidad,con su poquito de sal.

Ay,Tenerife,mon coeur.

A los que volaron ayer por la noche a Sevilla,pasajeros del vuelo 3255,les confirmo que sí;que sí.

Que la mujer del asiento 29F se esforzaba por no llorar,y que a ratos lo consiguió.

7 comentarios:

Genín dijo...

¿Porque te hicieron llorar los recuerdos? Porque a riesgo de perder la apuesta pienso que era un estado de animo preñado de recuerdos...
No deberían, porque tu les has podido, siendo una madre ejemplar, no cualquiera lo hace, aunque para ti sea cumplir con tu obligación, no es cierto, porque ya tu sabes que hay cabrones y cabronas y tu no lo eres, mon coeur :)
Besos y salud

mariajesusparadela dijo...

Tómatelo como unas vacaciones, pronto estará de vuelta.

Marisa dijo...

Siento amor por esa tierra
a la que visito todos los años.

Entiendo muy bien toda la ternura y el cariño que demuestran tus palabras.

Un abrazo

Sue dijo...

Me hubiera gustado estar allí y darte un abrazo a ti y otro a Virgi.
Muack!

Nieves Martín dijo...

Que BONITO has escrito hoy, como se nota que lo haces directamente con el corazón.
Los días pasan tan rápido que cuando te des cuenta ya la tendrás de vuelta.
Un abrazo Reyes, si necesitas hablar ya sabes... silbame!

:)

virgi dijo...

Vine por puro olfato y ves? aquí estoy emocionada con tu corazón, tan grande como nuestro Teide.
Tiempo ha que te ganaste tu trozo de esta isla, sólo tienes que volver para confirmarlo.
Y quienes estamos por aquí te esperamos una y otra vez, deseando que la estancia nos regale un buen pedazo de ti.
Es lo que hay: un trozo por un pedazo.
Bien que te abrazo, Reyes querida.

O SuSo dijo...

La mente es fumadora, bebedora y pendenciera, y todo lo hace compulsivamente...mejor sentir, y si viene llanto, sentir llanto pues.

Alguien dijo "es mejor haber amado y perdido, que no haber amado nunca", bueno, lo he buscado y fue Barbara Sher. Y también es aplicable a los lugares, porque amar es amar, incluso a un lugar.

Buena vuelta.

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