domingo, 23 de febrero de 2014

Sol y nieve


A riesgo de parecer uno de esos hoteles de nombre rancio,traigo aquí algunos momentos del día de ayer en que por fin nieve y sol se aliaron para permitirme conocer a su majestad,el mágico elemento de la montaña fría,la señora Nieve.

Tengo los años que tiene un bosque joven y nunca la toqué,como ya os conté hubo tentativas fallidas que ayer por fin culminaron en proyecto realizado;
estuve,anduve,disfruté a ratos y otros tantos pasé el sofocón típico de las almas ansiosas como la mía que huyen de toda aglomeración humana y que sin embargo se ven abocadas a ellas por estar en época de cría,o por no se sabe qué poéticas ensoñaciones.

Sierra Nevada es una preciosa estación de esquí,no obstante,y fue raro para mí el paisaje que para otras personas que viven en la zona es lo más normal (me hizo gracia cruzarme con un abuelo que subía ,con su nieto y el periódico,en el telesilla,supongo que para los residentes será como coger el tranvía si estás cansado) y ese cielo azul restallando
no contra asfalto ni palmeras sino contra el blanco puro que luce al sol.

Andalucía tiene tantos ambientes distintos,esto ya todos los sabemos,por lo tanto es fácil que todo lo del sur se convierta en turismo de masas;
yo a lo máximo que había llegado a vivir aquí era la bulla de Semana Santa(sólo de joven,desde el 99 trato de no estar en ninguna)o un día de Julio en Punta Umbría,así que me sorprendió mucho ese mundo donde los aficionados a esquiar se toman unas molestias grandísimas para llegar a las pistas armados con ese equipo que es de todo menos cómodo con la idea de lanzarse a completar unos cuantos slaloms.

Y a la caída de la tarde,cruzarse con ellos como si fueran un ejército de gladiadores multicolor,demasiado cansados para apartar los esquís que en cualquier momento te pueden dejar un souvenir facial que ríete tú de la pigmentación
de cejas con láser.

De todos modos sé que estoy perdiendo espontaneidad ,que es una forma sutil de decir que me hago vieja;

porque muchas cosas me parecieron peligrosas,desde el telesilla,que al ser dinámico no se detiene y tú mismo te abres y cierras la barra de sujeción,hasta la poca separación entre esquiadores y gente empanada con niños,como yo,que sólo quieren estar allí en plan parque temático,viviendo la maravillosa ilusión de habitar un mundo invernal y alpino.(por cierto nos colamos en una zona de pistas,un cachito que había allí en lo más alto de todo y no tardó en echarnos un amable esquiador de la empresa de seguridad...de ese sitio es la foto que aquí os pongo,justo en la pancarta informativa que no leímos).

Aunque ahora que lo pienso,qué coño ilusión,aquello es montaña de verdad,mientras almorzábamos nos hacía un grado de temperatura;

casi podía verlo por allí,el grado,digo,pequeño,minúsculo,metiéndose en mis pies enfundados en botas de goma cutre como las de mi pobre hija,que fue la que se lo pasó en grande,a pesar de que ya llevaba los pantalones empapados de haber estado jugando en la nieve.

Y por cierto,que la nieve,señores,no es otra cosa que hielo picado;

(si habéis pasado toda la vida,como yo,leyendo cosas como "suave manto de nieve" olvidaos del tema, que en realidad la nieve,aunque blanca y de aspecto fabuloso,al tacto es una cesta de granizada y por lo tanto a los tres minutos los dedos ya no responden ni para colocar la zanahoria de la nariz del muñeco).

Sin contar con que,aunque no lo creáis,(jeje)es agua congelada y por lo tanto te empapa hasta los huesos si por lo que sea la tomas por un juguete y te empeñas en acostarte sobre ella para hacer el ángel.

Resumiendo;

que yo ni ángel ni nada,sólo pasé mucho frío y algún que otro agobio;(cola para salir del parking,más frío que en la boda del Yeti y angustia por la ropa mojada de la niña,que bajó varios centímetros el nivel de la cota llevándose litros absorbidos en los vaqueros...la cosa es que no íbamos bien preparados,porque mi hermano con prendas térmicas estuvo tan a gusto;ya lo sé para la próxima vez que vaya,para 2025 o así).

En fin.

Varias conclusiones de la abuela Cebolleta;

1-Yo soy más de playa y chiringuito.

2-La nieve mejor verla por la tele.

3-Nunca iré a Venecia.


(no me preguntéis por qué Blogger no me deja insertar fotos entre el texto,no tengo ni idea; que tengáis buena semana).



6 comentarios:

Sue dijo...

Algún día te contaré mi aventura en Kandanchú, eso sí que fue para odiar la nieve. Sin embargo, fue ir a Sierra Nevada y amarla otra vez. Allí aprendí a esquiar (bueno, quien dice "aprender a esquiar" dice "aprender a caerse"), me quemé los pómulos y me torcí la muñeca, pero me encantó la experiencia. Tanto que casi vuelvo un año después, pero ya no había dinero para forfites de esos.

Me ha gustado tu experiencia, aunque te guste más la playa. Y me encanta el gorrito de tu hermano. Ya se lo pediré cuando vuelva a Sierra Nevada ;)

Besos.
Y pa S tb.

Genín dijo...

No recuerdo cuando fue la última vez que estuve en contacto con la nieve, seguro que años, a nivel de campo la puedo soportar un ratito, aunque nunca hice ni el mas mínimo intento de ponerme unos eskies -creo- pero lo que detesto cordialmente es la nieve en la ciudad, sobre todo conduciendo, creo que es el recuerdo mas desagradable que guardo de Canadá, aquella nieve negruzca y asquerosa de las ciudades que duraba meses...
Siento romper el momento nieve romántico pero es la verdad.
Pero veo que te lo pasaste bien con tu niña, eso es lo que cuenta.
Besos y salud

Emilio Manuel dijo...

Aunque vivo a tan solo 30 Km de Sierra Nevada tampoco soy de mucha nieve, la primera vez que subí y quise aprender a esquiar me pegué un par de buena leches y allí se quedaron mis ganas de subir a la montaña, aunque mi gusto varió hacia algo más placentero, el senderismo.
Al igual que tu, soy más de sol y playa, especialmente fuera de los meses de julio y agosto.

Un abrazo.

Francisco Espada dijo...

Estuve alguna vez en la nieve, pero confieso que no me atrae. En cambio sí me pareció atractivo ir al monte nevado, en el entorno de Cercedillas (Marid) y hollar el suelo inmaculado.
Un abrazo.

añil dijo...

Y por cierto,que la nieve,señores,no es otra cosa que hielo picado;

Genial, y real, jajaja.

Yo he vivido en Graná(como dicen los de allí) y sólo subí una vez. Pasé tanto frío que entendí lo de la playa y el chirin en un plis-plas.
A ver, estando Salobreña a un paso, "pa qué tanto sufrimiento", si en la tele se ve genial.

Un beso

José Luis dijo...

"pasé más frío que en la boda del Yeti" Si me lo prestas prometo no formar parte de ninguna aglomeración de Santa Elena para abajo.

Besotes Reyes.


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