lunes, 13 de septiembre de 2010
Después de leer las Cerezas
Contra reloj leo la saga familiar de Oriana Fallaci , "Un sombrero lleno de cerezas" , novela póstuma , mejor dicho, publicada póstumamente , pero en la que la autora trabajó toda su vida .
Sé que la figura de Oriana , muerta de cáncer en 2006 , es controvertida, pero sólo los controvertidos demuestran o han demostrado cierta inteligencia en este mundo tan rígido , y suelen caerme bien , aunque utilicen un lenguaje fuerte y en ocasiones incómodo ; la pasión no siempre trae cosas positivas, pero indudablemente nos hace más interesantes como seres humanos.
En el libro de la Fallaci , que si por mí fuera sería de obligada lectura en todos los colegios e intitutos mucho más que ciertos bestsellers , un lector inteligente puede reflexionar por sí mismo después de asistir a guerras ,explotaciones ,injusticias, revueltas , imperios , intrigas políticas , asesinatos , embarazos no deseados, amores infelices , muerte , desolación y lucha ; vivirlas como se viven las cosas entre las páginas de un libro intenso , esto es, en primera persona.
Porque como dice la propia escritora , "recuerdo quién era Yo cuando era ese otro u otra " , las sensaciones y las batallas de estar vivo no se olvidan ni se pierden cuando uno se muere ; hace un tiempito el querido Nán escribió una entrada maravillosa sobre esto de la familia y la extrañeza de esos ojos que nos miran en blanco y negro desde un pasado que nosotros volvemos rimbombante pero que para el guión universal , el planeta , el karma o lo que sea, no es más que un estornudo del tiempo.
Y hay personajes tremendos en la genealogía de cualquiera, de ella , de ti o de mí; mujeres que quedaron encinta (cómo me gusta esta palabra ) y pagaron con su sangre la existencia de esos frutos ,arrojadas al río de la destrucción sin importar cuánto talento o belleza poseyeran , siempre así , a través de los siglos, las primeras víctimas de las religiones o del propio amor; hombres machacados por la desilusión o la asquerosa pero inevitable supervivencia , niños que se perdieron bajo la mirada de una virgen de pueblo en los brazos de una madre llorosa e impotente que rezaba en vano , corderos sacrificados a cualquier guerra o cualquier dios en plena juventud , la vida tiene tanto de sagrada que se lucha por ella con los dientes apretados aunque siempre al final acaba regalada o malgastada , de una forma u otra.
El mundo no ha cambiado tanto , creo que ésta es la principal enseñanza de la novela; y la condición humana , menos todavía.
Leyendo sobre las trampas de la ilusión , las revueltas sociales , el sentido de la justicia , el sacrificio necesario que hicieron aquellas gentes que por ejemplo, no querían una Italia desmembrada ,y que fueron a luchar y morir porque necesitaban liberarse , como en todos los rincones del planeta ha ocurrido desde siempre , una al final suspira y piensa:
"Vaya , y al final..."
Al final los países firman armisticios , los poderosos se obsequian con cenas o cacerías y los muertos gimen en sus hoyos de tierra .
Al final las mujeres acaban enterrando sus corazones junto al delirio y la renuncia y ni siquiera cuando quieren arreglar el pasado pueden reparar las pérdidas .
Al final todo lo que podemos esperar es prestar nuestra sangre, soportar la chispeante y cabreadora capacidad de seguir respirando por más cosas que nos pasen y reventar con suerte estrechando la mano de alguien querido .
Me doy cuenta de que para desdramatizar sólo hace falta perspectiva, elevarse un poco sobre los verdaderos deseos , sobre la propia vida y tratar de imaginar (perdón si parezco morbosa)qué escribiríamos en nuestro epitafio.
Hasta pensé en preguntaros a los cuatro blogueros que afectuosamente me leéis qué diríais de mí si un día dejara de aparecer ,pero lo descarté por ser de mal fario y lúgubre.(Me parece que era Lorca quien gustaba de representar su propia muerte y el jueguito no le trajo mucha suerte).
Yo esta noche sólo quiero recuperar un poquito la ilusión .
No necesito un optimismo falso, una máscara de juguete, un programa del Imserso ni una subvención de la Junta ( aunque ayudan más que las cartas de embargo, carajo ) , ni siquiera publicar un libro o un trabajo (por cierto , Virgi, que no, que los de teleoperadores no me han llamado ).
Bastaría con no flotar en la falsedad extrema , bastaría con poder desarrollar un ápice lo que me explota dentro, bastaría con disfrutar de un poco de luz.
Bastaría con perdonar , en función de todo lo expuesto , la insolidaridad y la hijoputez de tanta, tanta gente, dejar de preguntarse cosas y de sufrir por ello.
Pero esto, como todas las fantasías que se disfrutan intensamente , habrá que inventárselo.
Ahora mismo voy a la biblioteca y saco algo de pensamiento positivo .
Quiero ser feliz , aunque no pueda.
(En cuanto a Oriana , esté donde esté , ojalá haya podido dejar de fruncir ese ceño ; os recomiendo la novela con todas mis fuerzas ).
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16 comentarios:
Intento creer que soy feliz, aunque no lo estoy. Porque recuerdo haber sido capaz en muchos momentos de ello. Puede que las circunstancias no ayuden, pero no sucumbamos al desencanto.
Eso me digo a cada rato.
Una sonrisa
Mira REYES: has logrado hacerme vibrar con la fuerza de ORIANA
"Fuiste tú, cuando te olvidaste..."
Querida Reyes, te iba leyendo, leyendo...hasta que llegué a lo de los teleoperadores...me quedé fatal...
Tesoro, te esperan cosas buenas, lo sé, pero no cuándo. Confía en ti y en la fuerza que tienes.
Un abrazo
Ay, Reyes, lo bien que escribes y lo bien que te destruyes.
Deja de preocuparte de lo que opinen los demás.
Se puede ser feliz a pesar de...
Se puede cambiando los pensamientos que continuamente nos acompañan, porque éstos son los que influyen en las emociones y esto lo tenemos que hacer desde dentro de nosotros mismos.
Muy buena tu reseña, ya he tomado nota del libro.
Abrazos
Vaya, el tono existencialista de tu post me queda demasiado grande (no me veo capaz de pensar y expresar tan alto), pero me ha dado ganas de escribir, y te diré una cosa. puede que parezca un cobarde egoista, pero los libros que remueven conciencias, tocan la fibra, y le hacen sentir a uno como una mierda, son grandiosos, pero espero no leerlos nunca. Visto lo visto, para ser positivo es mejor engañarse a uno mismo y leer finales felices... no es bueno ser honesto para ser feliz. a los honestos no les cunde el día y desgraciadamente, en 2010, ser feliz tiene mucho que ver con cumplir con la agenda... vaya, creo que me he desviado demasiado.
Delicioso post Reyes.
besicos.
Hola,¿el sombrero de cerezas no? cerezas rojas.La Falacchi era ante todo muy roja,y así le fue que le hicieron retractarse de todo lo dicho,como al Galiléi del "e puor si muove".Ella se retarctó y desde luego,todo siguó siendo igual,si acaso bastante peor desde que ella,y otros muchos como ella,no están,un beso.
No conocía antes de este post a Oriana Fallaci, no me importa pecar de indocumentada, es la verdad. No la conocía, ni a ella ni a su lucha. Como bien dices, los irreverentes son los que mueven el mundo (no lo has dicho así, pero lo digo yo), aunque a veces de la sensación de que el mundo se mantiene igual y que los "grandes señores" no se mueven de su trono. Es como si una hormiguita intentara mover una roca de 500kg.
Como dice Jose Luis, a los honestos no les cunde, ni tampoco a los que tienen principios, ni a los solidarios, ni a los generosos... pero lo contrario sería aún peor. Al menos si tu naturaleza te dicta lo contrario.
Me han dado ganas de leer el libro y me ha encantado el post.
Oriana Falacci fue una mujer inteligente y controvertida; pero yo me quedo con su primera etapa, porque la del final me irritaba bastante. Lo de su supuesta rojez, diría yo que no se le notaba mucho al final, por usar un eufemismo.
Hay una mujer de radio que dice que ya ha escogido su epitafio:
"Tanto correr para esto"
Teniendo en cuenta la calidad de sus comentaristas, creo que sería interesante que les propusiera una aproximación al tema o a proponer los que considerarían más oportunos para sí.
Este es un tema muy rico; de hecho, hay una periodista muy salada que lleva unos años trajinando con finados y epitafios de lo más cucos. Le dejo uno que es mi favorito:
"Cuando yo nací, todos reían y yo lloraba; luego viví de un modo que, todos lloraban y yo reía. Es lo que tiene la marihuana"
Tomo nota del libro. A la autora la conozco de lo que se ha dicho de ella, pero no de haberla leído. Pero la leeré, si tú lo dices. Hasta ahora, todos los autores que me has recomendado, empezando por Paasilina, me han gustado mucho.
Yo también tomo nota. Otro libro a la cola.
Anoche me acosté leyendo dos artículos del país. En uno de ellos hablaba de los colonos judíos y se acompañaba de 4 mapas de los territorios de Palestina y de Israel en 4 años distintos.
Después, leí otro sobre una conferencia de la FAO y no sé qué jefe de la ONU. Los pobres son algunos menos, muy pocos menos, y quedan 950 millones en el mundo (hablamos de pobreza total ybrutal) y cada 6 segundos muere un niño por causa de la malnutrición.
A pesar de todas las guerras, luchas, intentos, de laas familias rotas y la sangre absurdamente derramada por encontrar la felicidad, eso es lo que hay.
Y a pesar de todo eso, estamos vivos, tenemos amigos, comemos, paseamos. Creo que no debe uno despreocuparse de lo que pasa. También creo que si te preocupas de manera que dejas de vivir, si quieres vivir para una causa, olvidando la humildad de la vida, te conviertes en un ser despreciable que acabará causando más dolor que el que pretende aliviar. Perderás la humanidad; ¿y qué se puede esperar de ti, entonces?
Mi hijo me dice que le he enseñado algunas cosas, no muchas. Una de las principales es: "La tristeza es contrarrevolucionaria".
No he leído esta novela, pero a juzgar por tus palabras debe ser cruda y descarnada. Me ocurre como a NáN, que creo que necesitamos también dosis de optimismo para vivir en este mundo y no sólo para sobrevivir, sino para no hundirnos en el pantano de que "nada sirve para nada". Si ese hubiera sido el pensamiento o el sentimiento dominante en el pasado, no habríamos llegado hasta aquí.
´Besazos.
No creo en la vida. No creo que tenga nada de “sagrado”. Me parece iterativa y aburrida… cargante… absurda…. Y nosotros, unos ratones de laboratorio recorriendo un laberinto en busca de un brote de racionalidad. Eso y más cosas me parece la tan loada vida. Pero una cosa es “la vida” como abstracción y otra tu vida. (Te respondo): Tu vida me parece uno de esos brotes tan necesarios para ponerlos sobre nuestros hombros –al menos sobre los míos-, un espejo que me devuelve mi imagen real, con todos sus gilipollismos.
Besos, de vida.
Tu reflexión, compa Reyes, creo que se ha ido bastante más allá de lo que el libro de la Fallacci (que no conozco; de ella sí tengo alguna referencia, pero muy liviana, nada en detalle ni profundidad –el signo de los tiempos, todo por encima...-) te haya podido instigar o sugerir, me parece; porque hay mucha impregnación personal en esas palabras, mucha rabia lanzada, mucho corazón puesto. Y eso nunca lo da un libro (puede ayudar, claro, pero darlo, supongo que no...). Un abrazo y buen fin de semana.
GRACIAS A TODOS POR VUESTROS COMENTARIOS, quien pase por aquí puede aprender algo o pensar sólo por lo que en ellos decís, gracias miles, quiero decir que están currados y sinceros , lo sé.
Sólo responder brevemente a lo que algunos me habéis insinuado , acerca de la amargura y el desencanto .
A pesar de todo lo que escribo, lo cierto es que pocas veces , muy pocas , consigo hacerme entender.
Lo que quise decir no es que nada valga la pena ,ni que este libro sea un canto a la desolación , más bien , todo lo contrario.
La autora tiene párrafos largos acerca de su gratitud hacia la vida ,por sí misma y en sí misma, a pesar del cáncer, que ya la marcaba , y de toda la lucha que albergaban sus venas , después de siglos de vicisitudes en la sangre de sus antepasados , que como algunos de vosotros sabéis ya , vamos acumulando en nosotros mismos porque como dijo uno que era muy listo, nada se crea ni se destruye, sino que todo se transforma .
Y nada se pierde, me atreveria a decir yo .
Esas misteriosas conexiones que mantenemos con la gente que nos precedió y que siempre están ahí, aunque rompamos con la familia , aunque sean historias infelices en su mayoría , pero también como dijo un poeta , al final descubriremos en nuestra cara la cara de nuestro padre .
La novela merece la pena por ese tratamiento de las vivencias como continuidad , y la conclusión de que nada es tan importante no es de la autora , sino mía, personal.
Me sigue costando entender cómo treinta mil muertos de una guerra determinada acaban por ser una cifra para un libro de historia y nada más.
Me sigue costando entender que la sangre derramada en las revoluciones sirva para que miremos al pasado con una especie de compasión miserable, pensando en efecto que nada de aquello sirvió y que el presente , esta Europa en paz (entre comillas) , este mundo global y desequilibrado, ya no tiene la capacidad de levantarse en armas, porque por fin hemos entendido que no sirven para nada .
Tan sólo las minorías siguen en guerra, aquéllos que no importan a nadie , y me pregunto si es que ellos están en otro momento de la historia o simplemente están empezando ahora a conquistar su futuro, defendiéndolo inútilmente (palestinos, africanos , centroamericanos, árabes ) como en su momento hicieron los italianos y los indios de USA (los primeros consiguieron dejar de pertenecer a los imperios , aunque estén en manos de Berlusconi , jeje ...y los segundos perecieron como raza , o casi ).
En resumen , lo que quise decir es que ahora que estamos muy pocos familiarizados con la muerte como cotidianeidad, leer historia , aunque sea novelada , ayuda a relativizar aunque también produce inquietud.
La sensación de que esos ratones que somos, según el insigne Juan , en efecto nos hemos pasado la vida arañando con nuestras patitas la idea de la libertad , en muchos casos, o dejándonos matar en guerras orquestadas por tiranos.
Lo que no significa que renunciemos a un cierto sentido apasionado de la existencia .
Es más, estoy segura de que quien posea el regalo de mantener la conciencia en estos tiempos, seguiría estando dispuesto a batallar por una causa justa .
Supongo.
...
Un beso para todos.
Qurida Reyes:
Después de leer tu post y el resto de los comentarios podría escribir un ensayo de 600 páginas, así que mejor no digo nada, o no digo todo lo que podría.
Sólo diré lo imprescindible.
Creo que el ser humano seguirá creciendo. Tengo fe en el mejoramiento humano. Creo que vamos adelante aunque nos cueste trabajo verlo, pero eso es porque la evolución es muy lenta y nuestra vida puntual es muy corta.
Ya sabes lo raras de mis ideas. Creo que somos un experimento de otros seres superiores.
Alguien vino en su día a la tierra y mezcló sus genes con los nuestros, lo que pasó fue que el experimento salió mal porque una mujer terrícola robó algo valioso a los extraterrestres y lo puso en manos de un varón terrícola. Ese algo era un objeto de poder que producía un efecto antigravitatorio. Era algo que se dirigía desde la mente, se le podía dar órdenes, y era utilizado para dominar la materia. Con eso se podía construir y muchas cosas más.
De esto habla la Biblia, en El Génesis cuando dice que los hijos de los Dioses encontraron hermosas a las mujeres de la tierra y tuvieron hijos con ellas. Y bueno, lo del robo, es lo de la manzana que Eva se robó y le llevó a Adán, y el cabreo monumental que se llevó Jehová.
Eso que se robó Eva, ha estado presente en la historia universal. Fue lo mismo que le robó Moisés a el faraón egipcio, etc.
Bueno, para no perderme más en las ramas.
Algún día el ser humano dejará de ir a guerras sangrientas, dejará de matarse tan gratuitamente como ocurrió en las dos guerras mundiales de la primera mital del siglo XX, y como ocurrió en todos los siglos anteriores.
Hoy por hoy nos escandalizamos por la muerte de los toros en una plaza de toros. Doscientos años atrás, a nadie se le ocurriría reivindicar algo así, lo que dice que hemos cambiado para bien. Hace 200 años el hombre blanco veía al hombre negro casi como a un animal, y de ese modo lo utilizaba como esclavo. Hoy no se nos ocurriría. Hace 200 años las mujeres eran seres inferiores obligadas a acatar las decisiones del hombre. Hemos cambiado mucho y para bien.
Todos somos UNO, y avanzamos como tal. Esto que llamamos vida, no es la vida. Hay mucha más vida. Somos seres eternos. Y podemos desde ahora y desde aquí, ayudar a avanzar. Lo podemos hacer desde nuestros pensamientos y emociones. Pensando positivo y sintiendo positivo ayudamos al mundo.
La felicidad es un estado mental del ser, pero somos mucho más que nuestra mente. Nuestro YO, puede dominar perfectamente a nuestra mente. Se puede tomar perfectamente las riendas de lo que pensamos y sentimos, y por tanto, podemos ser felices sin cambiar lo externo. Basta con cambiar lo interno. Porque si se viene a ver, vivimos entre dos infinitos, pero son infinitos idénticos. Todo lo que hay fuera de ti, lo hay dentro de ti. Del mismo modo en que tenemos un Dios, que es Dios nuestro y de infinitos seres, nosotros somos Dios para todos esos seres que viven dentro de nosotros. Y al final, todos somos UNO. Así que comportémonos como Dioses (Jesús vino a decirnos cómo) y así seremos felices y haremos de este mundo, un paraíso.
Besitos:
Tadeo
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