jueves, 19 de enero de 2012

La gitana

Cuando estuve en el hospital a los quince años,conocí a mucha gente.
Grabé imágenes y sonidos como sólo pueden hacerlo los que son vírgenes.
La madre de una niña con polio pendiente de operarse,como otros muchos que estaban allí,era gitana.
Una gitana cantarina que se lo tomaba todo a guasa,incluso en aquellas circunstancias;era achaparrada y oscura;solía hacer comentarios picantes,le gustaba el humor calentorro,eso pensaba yo desde mi joven norueguez.
Yo me pasaba las noches escuchando en unos cascos enormes que tuve durante toda la adolescencia canciones de soledad urbana,como aquella de Santa Lucía de Miguel Ríos,que me entraban unos deseos locos de suicidarme aunque lo único que hacía era llorar en silencio.
Supongo que ahí empezó la forma triste de mirar la triste vida para sentir sólo cosas tristes,y el vaciado de mi alma en los desagües de la melancolía como un proceso natural.
Peor que estar sola era que me acompañara mi madre,embarazada de mi hermano Alberto,que como no podía aguantar en el sillón con el bombo,se acostaba en el suelo,que no daba frío porque era de linóleo(esto del linóleo lo aprendí en las novelas americanas,que lo mismo era plástico imitando madera).
Aquella noche que vi a mi madre en el suelo con su barriga,enfundada en su mono de pana verde de Prenatal,me quise morir también.
La fragilidad tiene tantas formas,y la entrega,y los sentimientos no expresados con palabras.
Mi abuela fue a verme en aquellos días y cuando le conté lo que me pasaba,vi aquel brillo en sus ojos,la mujer dura luchando contra la fatalidad.
Lo anoté mentalmente,las malas noticias reblandecen los corazones;porque lo mío no era grave,pero los ojillos de mi abuela decían que sí.
Y uno se cree lo que ve,cuando es joven,el drama es lo que más se da,eso aprendemos;si no,de qué iba a ser esto el valle de las lágrimas.
Pero aquella gitana desconocida me enseñó otra cosa:
una tarde de lluvia,cuando la vida que todos sospechábamos y añorábamos,discurría fuera de los ventanales,esa vida en la que se desordenaba el tráfico ,humeaban los cafés , crujían los braseros ,la gente caminaba bajo sus paraguas,tan libres y afortunados, sin saber que lo eran.
Nosotros dentro del hospital sabíamos, sí,la suerte que tenían ,pero ellos no,esto es así.
La gitana miraba por la ventana,con todo el cielo blanco frente a ella,y con las gotas estrellándose inútiles contra el cristal a pocos centímetros de su cara de ogra buena,comenzó a cantar.
Muy mal,con voz ronca,voz de andamio o de taberna,voz de vida.
"Está lloviendo en el campooooo
y mi amanteeee
me está esperandooooo"...
Me transportó de inmediato a un campo de olivos bajo un cielo blanco,en el que la lluvia caía sobre la tierra ,enjugándola y besándola como besa un hombre a una mujer,desordenando su pelo,yéndose muy lejos aunque los cuerpos estén muy cerca,las almas no se sabe dónde están,como la lluvia que cae de no sé dónde o el viento que viene desde muy lejos.
Aquella gitana era,simplemente,vida.
Ni bonita ni fea ni perfecta ni de letras ni de ciencias,sólo vida entonando su canto grotesco desde una cárcel muy blanca e invisible.

Notas;
Disculpas por este video moñas,la música vale la pena.
(Y que hoy que tengo tanto frío, hace doce años que murió mi abuela Antonia,dentro de otra habitación con el suelo plastificado;me gustaría poder contarle...)

13 comentarios:

Elvira dijo...

¡Qué bien lo has escrito, querida Reyes!! Vida, sí, hay que hacer lo que nos da vida, lo que nos da ganas de vivir.

Besos

Tracy dijo...

Me has emocionado, Reyes. Losgitanos a veces nos dan normas de vida, aunque nos parezca extraño es así.
Precioso texto.

BB dijo...

Los gitanos parecen conocer más de la vida y sus misterios que nadie. Parece que les viene de "nacencia"...
Y no nos queda más que aprender de ellos y de esa sabiduría que oculta su sencillez.
Bella música para un relato tan emotivo y sentimental, como solo tú sabes escribirlo, mi niña.
Besos
BB

trinidad dijo...

¡Que historia más bien contada!, me has transportado a la habitación del hospital y te he visto allí, observando a la gitana y a tu madre tirada en el suelo con el bombo y el mono verde, también he sentido el intercambio de emociones entre tu abuela y tú. Gracias Reyes por regalarnos estos momentos y ya sabes, a disfrutar también de los dias de frio y de lluvia...como la gitana. Besos y achuchón.

Francisco Espada dijo...

Una historia singular que habla de una cárcel abierta, cárcel en la que muchos nos sentimos encerrados, aunque sin grilletes.

Genín dijo...

Me ha impresionado tu madre con su bombo enfundada en su mono verde de prenatal, tumbada en el suelo la pobre, y me he puesto a pensar en lo super seres humanos que sois las madres...
Besos y salud

San dijo...

Si es que Reyes solo me sale decir:me encantó, asi sin más y sin menos.
Vivir la vida intensamente, cada instante sin desperdiciar nada, pero nada. nada.
Besos.

Mariluz GH dijo...

La escena de tu madre durmiendo en el suelo, embarazada, me ha hecho polvo. Y la gitana cantando mientras llueve fuera. Y la mirada de tu abuela que hoy hace 12 años que se apagó.

Déjame ser cursi un segundo; si miras no me verás, pero ahí estoy contigo en este preciso momento.

dos abrazos y uno más para la abuela

virgi dijo...

Emotivo, querida Reyes. Tienes la facultad de sacarme las lágrimas.
Lo cuentas y lo veo y lo siento y lo oigo y casi lo sufro.
Un abrazo, maravilla de chica.

Antonio dijo...

¡Vaya! Qué buen nubarrón en la foto. Eso es un poco antes de que la gitana empezara a cantar "Está lloviendo en el campo".

Ánimo, Reyes, con el frío, que es cosa de unos días; ya se siente la primavera.

Maripaz dijo...

Querida Reyes: trasmites mejor que nadie ese remolino de sensaciones y sentimientos de cualquier instante de la vida de los seres humanos. Me apasionan tus letras, las siento cercanas.
Me gustaria aliviar tu frio en ese triste aniversario, por eso te envío un beso

JOAQUIN DOLDAN dijo...

hay gitanos con arte

añil dijo...

Qué bonitos recuerdos y cómo los describes, con esa emoción a raudales.

Un beso

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