domingo, 4 de abril de 2010

Añadido al post anterior


Durante un tiempo mi época histórica favorita fue la Revolución Francesa.
Me parecía un despertar de la humanidad , me sonaba a rev-olcón con la parte inteligente y cuasi divina del ser humano que llegó a un punto de Iluminación y Cordura , rebasados los límites de la injusticia social.
Bueno, no hace mucho leí a Casavella ,(q.e.p.d) lo comenté aquí , y me encantó ese desmenuzamiento de tales hechos que poco tuvieron de preclaros , al final, sobre todo durante el mando de Robespierre.
Qué fácil resulta caer en la papanatez y la violencia .
Parece como si cada pensamiento libertario o cosa destinada a mejorar a la especie , al ser puesta en común , se malograra irremediablemente .
Descubres la pólvora y al compartirla con el vecino, se inventan las armas .
Rousseau se pone a pensar en el nuevo estado y un exaltado engrasa la guillotina.
En medio de esto ,la revolución dentro de la revolución .
En la película mencionada en el post anterior se rescata un personaje olvidado que la historia, escrita por hombres, ha pretendido silenciar .
Olimpia de Gouges .
Escritora ,pensadora, etc , proclamaba la igualdad entre esos nuevos hombres y mujeres y sólo les faltó hacerle una pedorreta a la pobre, aunque al final prefirieron guillotinarla.
Nunca se me había ocurrido pensar que en efecto esa revolución fue hecha por hombres ,incluso siendo un producto "excelente " , como digo, destinado a cambiar el mundo y mejorarlo .
Entre mis numerosas ingenuidades ha estado y sigue estando la consideración de que en los hombres cultos no existe el machismo .
Qué risa.
La vida de la Gouges parece un triste cuento de esperanzas vanas , pero también entraña tanta y tan moderna lucha que me pareció que debía compartirlo con vosotros.
Junto con mis mejores besos de domingo.


Olimpia de Gouges
(Montauban, 1748-París, 1793)

Prolífica escritora política, se manifestó claramente contra la represión jacobina y contra Robespierre y Marat. Acusada de ser una realista reaccionaria fue guillotinada en 1793.

Sin embargo, las obras de Olimpia de Gouges fueron a la vez profundamente feministas y revolucionarias. Exaltada por las ideas de la Revolución Francesa, publicó en septiembre de 1791 un manifiesto titulado La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Tomando como modelo la Declaración de 1789, y aplicándolo de manera exhaustiva a las mujeres, escribió el, hasta entonces, más brillante y radical alegato en favor de las reivindicaciones femeninas.

Gouges reclamó un trato igualitario de la mujer con respecto al hombre en todos los aspectos de la vida, públicos y privados: el derecho de voto, de ejercer cargos públicos, de hablar en público sobre asuntos políticos, de igualdad de honores públicos, de derecho a la propiedad privada, de participar en el ejército y en la educación e, incluso, de igual poder en la familia y en la Iglesia.


Su nombre verdadero era Marie Gouze. Gouges, considerada una de las precursoras del feminismo, escribió numerosas obras teatrales, además de novelas y opúsculos político-sociales, y dirigió el periódico L' Impatient. Fundó la Société populaire de femmes, y en 1791 redactó, en respuesta a la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano (1789), la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, en la que Gouges reivindicaba la igualdad de derechos de las mujeres. Adversaria de Robespierre, publicó la carta Pronostic de Monsieur Robespierre pour un animal amphibie, por la que fue acusada de de intrigas sediciosas y guillotinada.

En este sentido, es necesario conocer y recordar que la revolución francesa dio pautas para un nuevo sistema, proclamó la igualdad, la libertad y la fraternidad como los pilares fundamentales del nuevo orden constituido o que estaban por constituirse. Se dictó la ¨Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano¨ (1791). Sin embargo, Olimpia de Gouges, militante y protagonista de la revolución fue guillotinada por sus compañeros de lucha por publicar la ¨Declaraciòn sobre los Derechos de la Mujer¨. En 1793, después de su muerte, se prohibía toda clase de actividad.

Parafraseando el gran documento programático de la revolución, Olimpia de Gouges denunciaba que la revolución hubiera olvidado a las mujeres en su proyecto igualitario y liberador.

Así afirmaba que la "mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos" y que "la Ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y los Ciudadanos deben contribuir, personalmente o por medio de sus representantes, a su formación".

"Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos (...) reconocen y declaran (...) los siguientes derechos del hombre y del ciudadano.

Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer (...)"

El programa de Olimpia de Gouges era claro: libertad, igualdad y derechos políticos, especialmente el derecho de voto, para las mujeres.

Sin embargo, el planteamiento feminista no era compartido por los varones que dirigían la revolución, incluso entre los más radicales de ellos.

"Los enragés (facción más radical de los revolucionarios) no se habían atraído solamente a los más revolucionarios de los sans culottes parisinos, también se habían atraído a su órbita a las mujeres más revolucionarias.

En 1793 crearon la "Sociedad de las Republicanas Revolucionarias" (...) En su entusiasmo, unas llegaron a vestir la escarapela tricolor sobre su peinado y otras, el gorro frigio e, incluso, el pantalón rojo. Pero la fuerza de sus enemigos fue tal que fracasaron en sus empeños. Uno de ellos, Chaumette, misógino notorio, llegó a decir: ¿Desde cuando le está permitido a las mujeres abjurar de su sexo y convertirse en hombres? ¿Desde cuando es decente ver a mujeres abandonar los cuidados devotos de su familia, la cuna de sus hijos, para venir a la plaza pública, a la tribuna de las arengas (...) a realizar deberes que la naturaleza ha impuesto a los hombres sólamente?"

La muerte de Olimpia de Gouges, a quien le cortaron la cabeza por haber osado creer y exigir que los derechos que la Revolución Francesa había ganado para los hombres libres y ciudadanos fuesen aplicados también para las mujeres, que por cierto no eran ciudadanas, es un ejemplo de la consecuencia práctica de la construcción androcéntrica de los Derechos.

En este sentido, es legítimo preguntarnos por qué si en teoría los Derechos Humanos son intrínsecos al "ser" humano, los derechos de las mujeres y de otros sectores de la sociedad eran entonces y son aún percibidos, tanto por los hombres como por las mujeres, como otro tipo o clase de derechos, distintos y en otra categoría que los derechos contemplados dentro del conjunto de los derechos humanos.

Elaborado a partir de GUÉRIN, D.La lucha de clases en el apogeo de la Revolución Francesa, 1793-1795 Madrid, 1974, Alianza Editorial

La comprensión de la condición femenina no avanzó mayormente con el desarrollo del capitalismo, pues si bien Condorcet apunta a señalar su raíz social al decir: Se ha dicho que las mujeres...carecían del sentimiento de justicia, y que obedecían antes a su sentimiento que a su conciencia ...esa diferencia ha sido causada por la educación y la existencia social, no por la naturaleza , y el gran materialista Diderot escribía: Os compadezco mujeres y en todas las costumbres la crueldad de las leyes civiles se ha unido a la crueldad de la naturaleza en contra de las mujeres. Han sido tratadas como seres imbéciles ; Rousseau, avanzado ideólogo de la revolución francesa estampo: Toda la educación de las mujeres debe ser relativa a los hombres... La mujer esta hecha para ceder al hombre y soportar sus injusticias .

Así vemos como a través del tiempo las clases explotadoras han predicado la naturaleza femenina deficitaria . Sustentándose en concepciones idealistas han reiterado la existencia de una naturaleza femenina independiente de las condiciones sociales, ésta no es sino parte de la tesis anticientífica de la naturaleza humana ; pero a esta llamada naturaleza femenina , esencia eterna e invariable , se le añade el adjetivo deficitaria para indicar que la condición de la mujer y su opresión y tutelaje es producto de su natural inferioridad frente al hombre . Con esta pseudo teoría se ha intentado mantener y justificar el sometimiento de la mujer.

La revolución francesa, la mas avanzada de las que la burguesía condujo, fue un gran caldo de cultivo para la acción femenina. Las mujeres se movilizaron junto a las masas y participando en los clubes políticos desarrollaron acción revolucionaria; en estas luchas organizaron una Sociedad de Mujeres Republicanas y Revolucionarias y a través de Olimpia de Gouges, en 1789 piden una Declaración de Derechos de la mujer y crean periódicos como El impaciente para reivindicar su condición. En el desarrollo del proceso revolucionario las mujeres conquistaron la supresión del derecho de primogenitura y abolición de los privilegios de masculinidad, obtuvieron igual derecho de sucesión que los varones y consiguieron el divorcio. Su participación combatiente dio algunos frutos.

Pero contenido el gran impulso revolucionario, a las mujeres se les niega el acceso a los clubes políticos, se combate su politización y se las recrimina predicando su vuelta al hogar, se les dice: Desde cuando les esta permitido a las mujeres abjurar de su sexo y hacerse hombres? La naturaleza ha dicho a la mujer: Sé mujer. Tus trabajos son el cuidado de la infancia, los detalles del hogar y las diversas inquietudes de la maternidad . Mas aún, con la reorganización burguesa que inicia Napoleón, con el Código Civil, la mujer casada vuelve a ser sometida a tutela, cae bajo el dominio del marido en su persona y en sus bienes; se niega la indagación de la paternidad; se quita a la casada derechos civiles, como a las prostitutas; y se les prohibe el divorcio y el derecho de enajenar sus propiedades.

En la revolución francesa ya se puede ver con claridad como el avance de las mujeres y su retroceso están ligados a los avances y los retrocesos del pueblo y la revolución.



LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LOS DERECHOS DE LA MUJER

Aunque antes de la revolución hubo mujeres que desde una posición individual plantearon reivindicaciones en pro de la igualdad femenina (un ejemplo es la ilustrada española Josefa Amar con sus libros Importancia de la instrucción que conviene dar a las mujeres (1784) o el Discurso sobre la educación física y moral de las mujeres (1769)), hubo que esperar a la Revolución Francesa para que la voz de las mujeres empezara a expresarse de manera colectiva.

Condorcet

Entre los ilustrados franceses que elaboraron el programa ideológico de la revolución destaca la figura de Condorcet (1743-1794), quien en su obra Bosquejo de una tabla histórica de los progresos del Espíritu Humano (1743) reclamó el reconocimiento del papel social de la mujer. Condorcet comparaba la condición social de las mujeres de su época con la de los esclavos.

Tras el triunfo de la revolución en 1789 pronto surgió una contradicción evidente: una revolución que basaba su justificación en la idea universal de la igualdad natural y política de los seres humanos ("Liberté, Egalité, Fraternité"), negaba el acceso de las mujeres, la mitad de la población, a los derechos políticos, lo que en realidad significaba negar su libertad y su igualdad respecto al resto de los individuos.

"El hábito puede llegar a familiarizar a los hombres con la violación de sus derechos naturales, hasta el extremo de que no se encontrará a nadie de entre los que los han perdido que piense siquiera en reclamarlo, ni crea haber sido objeto de una injusticia.

(...) Por ejemplo, ¿no han violado todos ellos el principio de la igualdad de derechos al privar, con tanta irreflexión a la mitad del género humano del de concurrir a la formación de las leyes, es decir, excluyendo a las mujeres del derecho de ciudadanía? ¿Puede existir una prueba más evidente del poder que crea el hábito incluso cerca de los hombres eruditos, que el de ver invocar el principio de la igualdad de derechos (...) y de olvidarlo con respecto a doce millones de mujeres?"

Condorcet "Essai sur l’admission des femmes au droit de cité", 1790 en PAULE-MARIE DUHET Las Mujeres y la Revolución. Barcelona, 1974 Ed. Península

7 comentarios:

Araceli Esteves dijo...

Jo, Reyes, la pobre Olimpia. Gracias por contarlo.

Miguel Baquero dijo...

Vuelvo de vacaciones y me encuentro con la preciosa nota de tu niña (la mía también gasta una caligraqfía por el estilo) y con los comentarios habilitados.

Sobre lo que cuentas de Olimpia no conocía a ese personaje. Yo también leí mucho sobre la Revolución Francesa, que durante una época me fascinó, y nunca me encontré (o no recuerdo) a ese personaje. Lo indudable es que la Revolución acabó devorando a todos sus hijos y que la idea del feminismo seguramente fuera demasiado para esa época, aun con producirse ideas muy revolucionarias y avanzadas. Fíjate que en la misma República española los partidos más de izquierdas eran reacios a darle el voto a la mujer porque decían que, al fin y al cabo, sería el voto de su confesor.

Yo creo, sin embargo, a la vista de lo que cuentas, que a Olimpia le cortaron la cabeza no tanto por sus reivindicaciones en pro de las mujeres, sino más bien por ir en contra de Robespierre

Isabel dijo...

Reyes, hija, ¡qué nivel! volveré a leerlo, pero no quería dejar de opinar ahora que puedo.

Voy para atrás.

Besos

trinidad dijo...

Gracias a mujeres como Olimpia o como tú , las mujeres seguimos avanzando para conseguir la igualdad , aunque el camino se haga eterno (aún cobramos menos que los hombres por realizar el mismo trabajo) , y los sindicatos liderados por hombres no hacen nada para nivelar la balanza salarial . Este tema siempre me pone un poco nerviosa , porque la educación aún sigue haciendo mucho daño . Cada vez que escucho , que por desgracia suele ser todos los dias , que una mujer ha muerto porque la ha matado su pareja o su expareja , siento un temblor en el cuerpo y pienso en la desesperación de esa mujer ... en fin ,que la vida sigue y las que estamos aquí debemoss seguir luchando por la igualdad . Se lo debemos a Olimpia y a todas las mujeres que han muerto y mueren todos los dias.Recibe un gran achuchón desde aquí y un beso.

virgi dijo...

Muy interesante lo que has puesto. No tenía ni idea. Me va servir para un trabajo, gracias, Reyes.
Las revoluciones nunca son perfectas!
Tampoco las que intentamos librar con nosotras mismas.
Un abrazo

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Ya ves, nuestros cuerpos son puro plomo y, con cabeza o sin ella, tienden a hundirse en la tierra; en cambio, nuestras palabras –las que son de verdad-, por más que quieran convertirlas en una sopa de letras, flotan.

Besos compuestos de letras.

Plumalba dijo...

Très enrichissant. Merci.

Despedida

Creo que abrí este blog en el año 2009, y hoy decido que lo cierro,once años después;no deja de ser una friolera, teniendo en cuenta la gent...