Nocturna humanidad

Vaya por delante , para que se entienda lo que voy a contar , que soy una persona que necesita bailar .
De hecho buena parte de mis males proceden de esta inactividad a la que me obligan las circunstancias ;por lo que hace poco , (justo cuando decidía dejar la red para lanzarme a rutinas más físicas)pensé en apuntarme a un sitio de ésos donde se baila salsa una vez por semana .
Anoche que estaba sola en casa decidí ir , pues; de verdad que lo necesitaba porque me lancé al primer tema que sonó ,son esos instantes (escasos) en que mando a tomar por culo el intelecto.
Qué bien me lo pasé, debajo de aquellas luces que proyectaban hormigas espaciales en el techo;y la humanidad , qué desesperados estamos por divertirnos ; con mirada de madre cósmica contemplé la fauna completa de una noche de ésas que ya no recordaba; adolescentes de ciento veinticuatro años recién salidas de la cripta, algunas con estilo y otras un poco patéticas buscando dónde colgar sus bolsos baratos ; piratas que han envejecido con sus camisetas negras y sus aretes en las orejas , agarrados al palo mayor de un barco seductor que hace aguas por todas partes ; machotes que buscan como los buitres entre el paisaje una señal para el ataque; jovencitos con ganas de humedecer aunque sea para tener algo que contar al día siguiente ; leonas que miran con los ojos entrecerrados eligiendo algo que llevarse a la boca; chicas que se saben guapas y que se hacen las diosas; y luego la gente como yo, sobre todo mujeres , que sólo quieren bailar.
Hace tiempo ya que aprendí que hay una cosa esencial si no quieres que te aborden ; no establecer contacto visual en ningún momento ; de qué si no me hubieran parecido hormigas las luces en el techo, cómo podría haberme fijado en tantas cosas (pantalones blancos, mocasines, escotes ridículos,pieles trucadas, labios , falsedad)si no hubiera estado viviendo un trance consciente , dándole a mi espíritu un desahogo merecido ;porque anoche hubo una novedad importante con respecto a mis bailes juveniles;
me importaba un carajo el resto del mundo.
Antes de salir me había mirado en el espejo,(para sacarme como siempre montón de defectos ,entre ellos que parezco un tetra brick con buenas piernas y bla bla bla) , pero quién ha dicho que para bailar haga falta ser perfecto.
Si te apetece mover las caderas las mueves y ya está.
Cuando se llenó la pista demasiado mi acompañante me sugirió bajar a otra planta donde unos estupendos ventiladores sobre la pista refrescaban a los patéticos bailarines, entre ellos yo;allí continuó mi trance tribal , triunfante y pasota ; el viento artificial me hacía sentir como una Marilyn de Botero , más caribeña ; sonreía , sonreía , sonreía, y no me había hecho falta más que una copa , la que regalaban con la entrada .
Creo que es ahora cuando comienzo a entender que no me debo a nadie, ni siquiera a mi propio ego; no sufro por el ridículo de los demás ni por el propio,ahora sólo hay deseos y vida.
Queda lejos aquella etiqueta mental "Soy Reyes y éste es un sitio humillante para mí ", que me sonaba como una campanilla en la cabeza cuando a los quince años bailaba con mis amigas en salas de fiestas bastante tétricas donde conocíamos a soldados y estudiantes y donde en ningún momento era capaz de disfrutar.
Dejo para otro momento la descripción de ciertos episodios sorprendentes ,y algunas reflexiones sobre la muy deseable relajación de las costumbres en cuestión de baile y sexo , aunque la moral judeocristiana nos haya educado en sentido contrario;
porque no me quiero alargar más y porque quiero acabar este post con lo que sucedió debajo del ventilador.
Llegó un hombre que me pidió si quería bailar con él ; creo que no respondí.Seguí sonriendo y bailamos, me tomó de las manos , no sabría decir si era patético moviéndose , del uno al diez, podría ser un siete , sí, puede que sí;( yo soy un cuatro , creo);bailamos mucho rato, él me guiaba siempre al mejor sitio , donde más aire daba , en un fragmento de canción en que sonaba un saxo me dio a entender que le encantaba (el saxo , no yo);me miraba sonriente , como a través de unos ojos de cocodrilo amable,sus manos eran cálidas y la situación lamentable , y qué.
Lo pasábamos bien .
Pero entonces me empezaron a doler los pies, llevaba ya como tres horas de
machaque con sandalias de tacón alto (tonta) y le dije que me iba a tener que sentar ; "te acompaño " , me dijo, no , no, gracias , respondí con una punta de horror clavada en la garganta.
Lo planté sin dejar de sonreír ,pero antes me dio tiempo de llevarme su breve autodescripción , que me pareció tremendamente literaria;
"Soy Federico, príncipe de la paz; hablo ocho idiomas y soy soltero; busco novia formal ".
..
Tenía acento extranjero ; era decididamente feúcho normalito , aunque muy educado; mientras me crujían las plantas de los pies y me desataba los zapatos , escaleras arriba , me dije ;
"Coño, toda la vida buscando un príncipe para luego encontrarlo y salir corriendo".
Lo dicho;
los humanos somos pura ruina y contradicción.
Y las humanas , más.