viernes, 16 de enero de 2015

A por más





Ahora que escribo todos los días,y que ya no llego tarde al trabajo,debo seguir cumpliendo objetivos.

Por ejemplo perder ocho kilos en los próximos meses,no ya por la fantasía de ser mejor persona o versión de mí misma,(estoy mayor para imaginar estar estupenda por un par de tallas menos)sino por una cuestión tan básica como mi dolor de rodillas,aunque también podría ser la escápula salida que dice el informe médico que tengo,(uff,espero que sea sólo la escápula).

Los huesos son,lo pienso a veces,el esquema básico de nosotros mismos,un espejo interior bastante sólido que sabe el camino hacia la eternidad,y mientras tanto cantan en clave de dolor.

La pregunta es,

¿lo conseguiré esta vez cual Ekaterina con su método,empapelaré este blog con fotos mías sonriendo saludable y orgullosa,o volveré más pronto que tarde a arrastrarme por los bares persiguiendo ese dorado elixir mágico que permite el olvido de toda una semana de madrugón y frustraciones?

La respuesta de momento está en el aire,como mi anémica determinación de adelgazar que se renueva cada quincena,para ser abandonada otra vez a los pocos días,en cuanto necesito olvidar alguna cosa o acuden a mi mente las neuronas con el síndrome de abstinencia y sus mini pancartas("La vida es corta,come lo que quieras" ,"No más hambre, Basta ya" , "Carpe diem ", "La talla 42 no nos representa",etc...).

Lo cierto es que si ponemos en una balanza lo que me importa y lo que no,el rollo éste de adelgazar me importa una mierda,ni siquiera sé por qué me empeño tanto.

Vale,es un poco molesto llevar el botón más apretado que los tornillos de un avión,o que la ropa colgada en la percha sin ti parezca de alguien ajeno tipo Montserrat Caballé,(alguien "gordo de verdad"),o que no te puedas poner alguna cosilla que te haga parecer más mona o jovial,pero claro,todo eso al lado del goce infantil y pícnico de los alimentos y los bebementos,no siendo actriz ni modelo,en el duro devenir cotidiano pues la verdad...

pero supongo que ésta es la excusa de los enganchados y si la peña fumadora consigue abandonar el hábito,por qué no yo,eh.

¿Es que no tengo voluntad,que es la reina de toda épica,de toda persona que se precie?

...

Que le pregunten a los alfajores post-navideños;esperan fundirse en un cálido abrazo con sus hermanas migratorias,las torrijas,y yo espero que no.

Espero que no.





7 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Pero, tu ya sabes: la esperanza era ver y se la comió un burro.
Ojalá el burro se hubiera comido a Esperanza Aguirre.

mariajesusparadela dijo...

Era verde.

Montserrat Sala dijo...

Hola:tu puedes si te lo propones, con todo. pero no tienes que proponerte nada que no te apatezca.(comer sano y menos es una buena idea y un habito, que no iria mal aceptar. Pero eso si, nada de dietas milagrosas.
Un abrazo niña.

Maripaz dijo...

Jajaja, no te digo yo, ayer en León probándome cosas con unos kilos de más por las navidades, y haciéndome maravillosos propósitos que hoy no he cumplido...
Besos, simpática.

Genín dijo...

Uno tiene que estar en un peso apropiado, sin ser sílfides, no por estética sino por salud, pero yo que tu no me presionaría demasiado, es mas, empezaría sin hacer dieta, comer de todo, excepto lo que todos sabemos que engorda, a mi me da resultado, y de vez en cuando, como lo que me da la gana, un día, para volver de nuevo a la relativa disciplina :)
Besos y salud

Emilio Manuel dijo...

¡¡Jolín!! a ese tio le tapo la cara y está calcado a mi, además me ha pasado lo mismo que a él, he perdido las gafas.

Saludos

Tracy dijo...

Cuidadín puede ser que sólo pierdas las gafas... de sol...

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