Revelación

Supongo que ha sido por el colocón de Cillit Bang mientras limpiaba el frigo, pero de repente me he dado cuenta de que todo esto me pasa para que haga limpieza.
Por mis medios no lo haría , así que a la fuerza.
Siento que me estoy deshaciendo de cosas, papeles , ideas y heridas, y me siento liberada , a pesar de los chorros de sudor que me caen a diario por la cara .
También siento el cambio en la comprensión de que esto tampoco será una verdad absoluta ; no es una cosa que yo haya decidido , sino algo que ha llegado solo.
Desfilan en este verano multitud de fotos que siempre me devuelven una reyes malquerida de sí misma , entregada a charlas y análisis deprimentes de una realidad que no existía , que nunca fue tan amarga ni tan triste, como una Woody Allen de barrio.
Entregada a satisfacer necesidades de otros ,dispuesta a creerse las patrañas que cuenta el ego , propio y ajeno, para no estar sola .
Qué extraño que a los siete años tenía conciencia de que trabajando sola me salían mejor las cosas , y luego la perdí , buscando calor fuera de mis alitas que me parecían minusválidas y enclenques.
No es soberbia , que decían los curas si tenías personalidad , es que en realidad nunca necesité a nadie hasta que empecé a inventármelo.
Ahora no sé si fue antes el huevo de escribir o la gallina del desánimo.
En cualquier caso, siento que en mi oceáno de cajas voy bien , agarrada a la tabla ; voy a regalar montón de libros (mañana unos cuantos a la panadera de la esquina)y me voy a seguir limpiando de mi propia insania.
Como digo, no es un cambio radical ni una toma de hábitos.
Pero es una aceptación bastante molona, una especie de canastilla que preparamos mi coco y yo para cuando llegue el bebé , la nueva reyes , la madurita , la que se quiere un poco más, la interesante .
La acojonada , la racionalista y deprimida por chorradas , la tiquismiquis , la quejica, la cabreada suicida , jamás se habría dado cuenta de que en medio de este caos estresante late una vaga promesa de felicidad ,la que suele acarrear todo cambio.
Y la risa de una niña encantada con el desastre, también influye,desde luego.
(En la foto , arsó cual Walker sureño antes de recogerme las greñas)