
Contra reloj leo la saga familiar de Oriana Fallaci , "Un sombrero lleno de cerezas" , novela póstuma , mejor dicho, publicada póstumamente , pero en la que la autora trabajó toda su vida .
Sé que la figura de Oriana , muerta de cáncer en 2006 , es controvertida, pero sólo los controvertidos demuestran o han demostrado cierta inteligencia en este mundo tan rígido , y suelen caerme bien , aunque utilicen un lenguaje fuerte y en ocasiones incómodo ; la pasión no siempre trae cosas positivas, pero indudablemente nos hace más interesantes como seres humanos.
En el libro de la Fallaci , que si por mí fuera sería de obligada lectura en todos los colegios e intitutos mucho más que ciertos bestsellers , un lector inteligente puede reflexionar por sí mismo después de asistir a guerras ,explotaciones ,injusticias, revueltas , imperios , intrigas políticas , asesinatos , embarazos no deseados, amores infelices , muerte , desolación y lucha ; vivirlas como se viven las cosas entre las páginas de un libro intenso , esto es, en primera persona.
Porque como dice la propia escritora , "recuerdo quién era Yo cuando era ese otro u otra " , las sensaciones y las batallas de estar vivo no se olvidan ni se pierden cuando uno se muere ; hace un tiempito el querido Nán escribió una entrada maravillosa sobre esto de la familia y la extrañeza de esos ojos que nos miran en blanco y negro desde un pasado que nosotros volvemos rimbombante pero que para el guión universal , el planeta , el karma o lo que sea, no es más que un estornudo del tiempo.
Y hay personajes tremendos en la genealogía de cualquiera, de ella , de ti o de mí; mujeres que quedaron encinta (cómo me gusta esta palabra ) y pagaron con su sangre la existencia de esos frutos ,arrojadas al río de la destrucción sin importar cuánto talento o belleza poseyeran , siempre así , a través de los siglos, las primeras víctimas de las religiones o del propio amor; hombres machacados por la desilusión o la asquerosa pero inevitable supervivencia , niños que se perdieron bajo la mirada de una virgen de pueblo en los brazos de una madre llorosa e impotente que rezaba en vano , corderos sacrificados a cualquier guerra o cualquier dios en plena juventud , la vida tiene tanto de sagrada que se lucha por ella con los dientes apretados aunque siempre al final acaba regalada o malgastada , de una forma u otra.
El mundo no ha cambiado tanto , creo que ésta es la principal enseñanza de la novela; y la condición humana , menos todavía.
Leyendo sobre las trampas de la ilusión , las revueltas sociales , el sentido de la justicia , el sacrificio necesario que hicieron aquellas gentes que por ejemplo, no querían una Italia desmembrada ,y que fueron a luchar y morir porque necesitaban liberarse , como en todos los rincones del planeta ha ocurrido desde siempre , una al final suspira y piensa:
"Vaya , y al final..."
Al final los países firman armisticios , los poderosos se obsequian con cenas o cacerías y los muertos gimen en sus hoyos de tierra .
Al final las mujeres acaban enterrando sus corazones junto al delirio y la renuncia y ni siquiera cuando quieren arreglar el pasado pueden reparar las pérdidas .
Al final todo lo que podemos esperar es prestar nuestra sangre, soportar la chispeante y cabreadora capacidad de seguir respirando por más cosas que nos pasen y reventar con suerte estrechando la mano de alguien querido .
Me doy cuenta de que para desdramatizar sólo hace falta perspectiva, elevarse un poco sobre los verdaderos deseos , sobre la propia vida y tratar de imaginar (perdón si parezco morbosa)qué escribiríamos en nuestro epitafio.
Hasta pensé en preguntaros a los cuatro blogueros que afectuosamente me leéis qué diríais de mí si un día dejara de aparecer ,pero lo descarté por ser de mal fario y lúgubre.(Me parece que era Lorca quien gustaba de representar su propia muerte y el jueguito no le trajo mucha suerte).
Yo esta noche sólo quiero recuperar un poquito la ilusión .
No necesito un optimismo falso, una máscara de juguete, un programa del Imserso ni una subvención de la Junta ( aunque ayudan más que las cartas de embargo, carajo ) , ni siquiera publicar un libro o un trabajo (por cierto , Virgi, que no, que los de teleoperadores no me han llamado ).
Bastaría con no flotar en la falsedad extrema , bastaría con poder desarrollar un ápice lo que me explota dentro, bastaría con disfrutar de un poco de luz.
Bastaría con perdonar , en función de todo lo expuesto , la insolidaridad y la hijoputez de tanta, tanta gente, dejar de preguntarse cosas y de sufrir por ello.
Pero esto, como todas las fantasías que se disfrutan intensamente , habrá que inventárselo.
Ahora mismo voy a la biblioteca y saco algo de pensamiento positivo .
Quiero ser feliz , aunque no pueda.
(En cuanto a Oriana , esté donde esté , ojalá haya podido dejar de fruncir ese ceño ; os recomiendo la novela con todas mis fuerzas ).