
Llegaron las cestas de Navidad y soy de las primeras en ir a buscarla; firmo un papel como que he recibido mi regalo , alegre de corazón ,porque me gustan las cajas llenas de cosas ricas y porque la mentalidad de pobre también tiene sus ventajas, que uno con cualquier simpleza es feliz y hasta se olvida de que es una ovejita amarrada en la puerta del baile, parafraseando al grupito aquél de buenas letras que nunca terminó de gustarme del todo .
A media mañana nos enteramos de que no hay cestas para todos , en el listado sólo estamos los que fuimos contratados antes del 14 de Noviembre ; cerca de mí un chico no da crédito al argumento , un tanto absurdo, la verdad , y yo tampoco, en mi fuero interno .
Se me ocurren frases profundas revolucionarias , del tipo "O tós moros o tós cristianos", y hasta pienso en montar una revolución a pequeña escala.
Al fin y al cabo siempre he sido una persona sensible y hasta presumo de darme cuenta de cualquier pequeño cambio en el follaje de los árboles caducifolios o en la tonalidad del campo reseco , así que lo menos que se puede esperar de mí es que saque el cuello defendiendo a los compañeros que se han quedado sin cesta , por si me hubiera tocado a mí quedarme fuera .
Imagino la escena, grandilocuente y sensiblera,abriendo mi cesta allí mismo y entregando las botellas y los micromazapanes y la torta imperial al chico desposeído , me veo siendo grabada por las cámaras de seguridad de la empresa y escucho los comentarios de los accionistas en las alturas, "Y esto dónde dices que fue ?En la delegación de Sevilla...y dónde queda eso ? En el sur de España , oh , qué interesante , traedme a esa empleada que la vamos a enviar al departamento de Charity de Oslo , como coordinadora de nuestras actividades sociales y portavoz para la prensa , habrá que enseñarle un poco más de inglés , ésa es la actitud que buscamos de cara a la imagen , colgad este vídeo en la web de la firma y que lo vean en todas las delegaciones mundiales..."
Pero qué va, no digo nada , ni siquiera toco mi cesta , que reposa a mis pies a buen recaudo ; oigo la cháchara un rato más , la gente se ríe , están comentando que no es justo pero acaban por tomárselo a cachondeo y todo se arregla diciendo que un día de éstos beberemos juntos una botella fuera del horario de trabajo .
Suspiro, menos mal que no he hecho nada , la gente podría tomarme por una especie de Michael Landon femenina , o sea, protagonista de uno de esos arrebatos de bondad prenavideños ( o no) por culpa de los cuales acaba uno echando la pota en el baño más cercano.
Ser buena gente también puede ser muy friky , esto los normales lo saben muy bien .
Así que pienso , arrascándome el pelo que me crece encima de las verrugas de bruja;
Quita , quita; estaría en mi destino tener cesta y los otros que se fastidien ; al fin y al cabo la gente nos parecemos bastante los unos a los otros y no hay que andar montando gresca ; y mucho menos alguien que no tiene rostro , alguien que pasa desapercibido, alguien que no es nadie ni tiene imagen que preservar .
Ni que fuera yo de los laboratorios Pfizer , probando medicamentos nuevos en países pobres y pagando bajo cuerda para no llegar a juicio .
(Como sabéis , Wikileaks ha dejado al descubierto lo que pasó en Nigeria , cuando este laboratorio, aunque no creo que sea el único ,probó vacunas contra la meningitis en varios niños con carácter experimental y murieron once de ellos , aunque creo que ninguno pertenecía a la realeza y por eso tuvieron precio por ir al hoyo muy calladitos, quiero decir, sus familias ) .
En todo caso , el mal momento pasa ; sigo siendo normal .
Ya en casa , lo primero que hago es abrir la cesta ; contiene tres botellas , dulces, un chorizo , un salchichón , trufas , paté y otras golosinas.
Modesto, pero un buen detalle , ya es más que lo que la editorial me dio en tres años , que fue nada en Navidad .
Y bien .
Para compensar mi borreguismo humanista , dedico esta entrada a los once negritos usados como cobayas que jamás ocuparon un titular en prensa.
Y a aquellos otros que quedaron sordos o ciegos , y todavía más a los muchos que sufren la invisibilidad de sus injusticias en el vasto circo del mundo .
Y es que ya sé que aunque consiga parecerlo, yo nunca seré normal del todo.
(Cualquier parecido con la realidad , excepto lo de Pfizer , es pura coincidencia ) .