
No importa cuánto tiempo hayas tardado en darte cuenta .
Puede ser que antes estuvieras ciego, o sobrado de energías para el mal del mundo, para rebelarte con las armas de los pequeños hombres:
(ser mujer tampoco facilita las cosas , porque si hay un sexo destinado a la etiqueta fácil , ése es el mío) .
Tenlo en cuenta.
Pero bueno , la ceguera nos vuelve a todos iguales.
Somos víctimas de nuestra educación , en mayor o menor medida ;
cuesta mucho no renegar de las debilidades , y en mi caso, llevo encima la herida castradora del miedo a ser, a sentir .
Me he pasado media vida entregada al miedo, la otra media ridiculizando mi deseo de integridad , qué cosas.
Me vendía la moto de que no deseaba ser amada ,porque el amor sólo trae desgracias.
Y vaya si me las trajo , pero bueno.
He aquí que moría por una caricia , un poco de interés, como cualquier chiquilla de patio de colegio , yo, la habladora, la brillante expresadora de emociones, la realista y dominante domadora de palabras.
Ahí fue donde te encontré, y me sentí transportada .
Qué bien que no me quisieras , me dije .
Qué suerte que me usaras como a una cosa buena, que me guardaras en tu cajón , que pudiera seguir siendo libre para mis experimentos sociales y amatorios.
Qué bien que me comieras como a un racimo de uvas , una por una todas mis cualidades , desgranadas como besos sin permiso ni horarios, qué dulce estar en tus brazos.
Qué bien ser operada así , haber dado con tu brillantez de cirujano, sin complicaciones ni platos sucios después de la comida.
Cómo engancha no saber cuándo te volveré a ver , me decía , para no sufrir.
Tener el deseo de inmortalizar las pequeñas mierdas de la vida , ése es mi arte ;
lo he disfrutado todo este tiempo, demasiado, hasta que el otro día , leyendo, leyendo, como siempre , me topé con una frase que me hizo pensar .
Una mujer decía de sí misma que el tiempo la había hecho interesante .
El tiempo y las mujeres , supuestamente , no se llevan bien , y sin embargo esta mujer decía que la madurez la había hecho más feliz que tener un culo respingón ,cuando lo tuvo.
Me reuní conmigo misma y pensé en la cantidad de ocurrencias que puedo tener en un rato de charla con un buen amigo , o amiga .
No hablo de los chascarrillos , que pueden resultar agotadores , sino de ideas, sí, esas pequeñas ideas que sobrevuelan y sazonan una conversación y alimentan el espíritu.
Y estuve de acuerdo con aquella mujer.
Y pensé en ti .
Cuántas veces te he comprado un jersey demasiado grande , y siempre me lo he llevado , decepcionada , como una cosa que has comprado por error y ya no puedes devolver; cuántas veces te he aburrido con mi generosidad ridícula , cuántas veces te habrás reído de mí a solas en tu cama , ocupando el uno por ciento de tus pensamientos con mi carita de geisha subnormal .
Esta tarde de otoño entiendo que no puedo seguir traicionándome .
El derroche de mis recursos es demasiado insultante , es un síntoma de cretinismo querer a alguien sólo para follar, y con esto me cargo la mitad de la literatura universal, jeje.
Lo cierto es que ya no me parece bien dejarme malgastar de ese modo, como tampoco está bien dejar el grifo abierto toda la mañana para llenar un dedal de agua .
No sé qué quiere decir , pero sé que no estaré más bajo ese grifo.
Igual por ahí empieza el cambio , el viaje hacia uno mismo; las pequeñas cosas absurdas que sabes que no te aportan nada pero sigues haciéndolas por amor, o por antiamor , o por aburrimiento .
Poco a poco , la mochila se aligera ;
con un poco de suerte , el amor volverá a ser amor , y las cartas sólo expresarán los deseos generosos como una lluvia valiente sobre una tierra cobarde.
No importa cuánto tarda uno en darse cuenta .
Esta tarde otoñal me amenaza un resfriado , creo que tengo fiebre , pero no me importa .
Debajo de la manta guardo todo lo que tengo , que ahora (ya ves) me parece mucho .
Y lo siento por ti si no te diste cuenta.
(En la foto, Cleo en el parque).